La derrota del pasado día 20 de enero en San Mamés en los octavos de final de la Copa del Rey fue doble. Por el resultado final del partido, un tres a dos en la prórroga que dejó al Barça fuera de la competición del KO, pero sobre todo por la recaída de Ansu Fati, que se marchó del campo entre lágrimas cuando había jugado poco más de media hora, después de entrar en el minuto 61.
Ansu acabó llorando
La imagen del 10 del Barça llorando, mientras se acercaba hacia el banquillo hacía presagiar la peor de las noticias, y el club, el día siguiente, comunicó que la joven perla blaugrana tiene una lesión en el tendón proximal del bíceps femoral del muslo izquierdo. No se decía nada más, y había que ver de qué forma tratar esta lesión. Las opciones son dos, operarse o no hacerlo y optar por un tratamiento conservador.
Se dejó unos días de margen al jugador para que intentara asimilar el durísimo golpe emocional que otra lesión supone y se programó una reunión que ha tenido lugar hoy, con el fin de decidir si el jugador con origen en Guinea-Bisáu pasará o no por el quirófano. El encuentro ha tenido lugar este mediodía y ha durado poco más de una hora, dónde se ha producido un intercambio de pareceres entre ambas partes implicadas.
El club quiere que se opere
Por la parte del jugador estaban presentes él mismo, acompañado de dos miembros de su familia, su padre y su hermano. Y también ha asistido su representante, el portugués Jorge Mendes. Por parte del club, había varios miembros del cuerpo técnico, entre ellos Xavi Hernández, y otros integrantes de los servicios médicos, con Ricard Pruna al frente, además del vicepresidente deportivo, Rafa Yuste.
La postura del club es clara. Los médicos le recomiendan que se opere. El tiempo de recuperación sería más largo porque se perdería lo que queda de temporada, pero le aseguran que podría empezar el curso 2022/23 sin ningún problema. Partiría totalmente de cero y el club lo sometería a un metódico plan de trabajo para fortalecer su musculatura y que serviría para evitar posibles recaídas de lesiones de este tipo. La intervención iría a cargo del médico finlandés Lasse Lampainen, que ya tuvo en sus manos a Ousmane Dembélé y Sergi Roberto en lesiones parecidas.
Ansu no lo ve nada claro
Pero Ansu tiene muchas dudas. La temporada pasada tuvo una lesión en el menisco izquierdo que lo obligó a operarse, pero no fue bien. Lejos de volver en cuatro meses, como le habían dicho, tardó casi un año en hacerlo y lo hizo después de haber pasado por la sala de operaciones hasta cuatro veces. Al final, se trata de su cuerpo y de su vida, y las experiencias anteriores no le traen buenos recuerdos.
Considera que todos los problemas actuales tienen relación con haberse operado la primera vez, y no quiere que se repita. Además, su fisioterapeuta de confianza, Joaquín Juan, con quien trabajó durante un periodo importante de su recuperación en Madrid, le aconseja que no se opere y decida hacer un tratamiento más conservador. Con este tratamiento podría volver a competir en dos meses, pero el riesgo de recaída sería muy alto. Una vez acabada la reunión, Ansu Fati se ha dirigido a su casa con la familia, donde necesita tener unas horas de reflexión para comunicar al club su decisión.