El París Saint-Germain ha puesto sus ojos en Gavi, y su entrenador, Luis Enrique, ha insistido en su fichaje, recordando la confianza que tuvo en él cuando dirigía la Selección Española. Sin embargo, el FC Barcelona ha sido tajante en su postura: Gavi no está en venta, ni siquiera por 100 millones de euros.
Laporta frena cualquier intento del PSG
Según fuentes cercanas al club, el presidente azulgrana, Joan Laporta, ha transmitido un mensaje directo a Nasser Al-Khelaïfi y al PSG: Gavi es intransferible. A pesar de que el equipo parisino estaría dispuesto a hacer una oferta millonaria, el Barça ni siquiera se sentará a negociar.
El joven centrocampista es considerado una pieza clave en el presente y futuro del equipo, y su salida no está en los planes de la directiva. Incluso en un contexto de dificultades económicas, el club no contempla desprenderse de uno de sus jugadores más importantes, sobre todo tras la grave lesión que sufrió y su esfuerzo por recuperarse.
Luis Enrique insiste, pero sin éxito
Luis Enrique ha pedido al PSG que intente fichar a Gavi, ya que conoce perfectamente su talento, entrega y capacidad de liderazgo. El técnico asturiano confió en él desde su debut con España, y en París creen que su fichaje supondría un salto de calidad en el mediocampo.
No obstante, el Barça tiene claro que su cantera y su proyecto deportivo pasan por jugadores como Gavi, y que venderlo enviaría un mensaje equivocado. Laporta quiere construir un equipo alrededor de jóvenes talentos como Pedri, Lamine Yamal y el propio Gavi, por lo que su venta nunca ha estado sobre la mesa.
Un símbolo del Barça
Gavi no solo es un jugador importante en lo futbolístico, sino que también es un símbolo del ADN Barça. Su garra, su intensidad y su amor por el club lo han convertido en un referente para la afición. Además, el mediocampista ha dejado claro en varias ocasiones que su único deseo es triunfar en el Camp Nou.
A pesar del interés del PSG, la decisión del Barça es firme e innegociable: Gavi seguirá vistiendo la camiseta azulgrana, sin importar cuántos millones pongan sobre la mesa.