El jugador de la primera plantilla del Barça más feliz tras conocer el despido de Ronald Koeman fue Riqui Puig. El centrocampista de Matadepera, enemistado con el entrenador neerlandés, llevaba tiempo esperando la salida de Koeman, pues sabía que con él en el banquillo no iba a ser protagonista jamás.
Mientras Koeman se iba desgastando en el banquillo del Barça, el entorno de Riqui Puig se iba moviendo con inteligencia. El jugador, uno de los protegidos de Gerard Piqué, era representado por su padre, pero tenía encima de la mesa una oferta que se podría convertir en un golpe maestro, la de pasar a manos de la agencia que lidera Arturo Canales, el representante de Piqué... y de Xavi Hernández.
Riqui, Piqué y Xavi comparten representante
Con Koeman en el banquillo, Riqui Puig no dio el paso, pendiente del futuro del entrenador. Tras el despido de Koeman, y antes de que se oficializara el retorno de Xavi Hernández al Barça, salió la noticia de que el centrocampista de Matadepera había cambiado de representante, pasado a formar parte de la lista de clientes de Arturo Canales.
Riqui Puig, pues, pasa ahora a ser un jugador muy bien posicionado en el vestuario, pues es amigo personal de Gerard Piqué, uno de los grandes líderes, además de compartir representante con el central blaugrana y nada menos que con Xavi Hernández, el flamante nuevo entrenador. De hecho, Riqui Puig incluso luce el 6 que Xavi hizo eterno en el Camp Nou.
Riqui se aferra al Barça
Riqui Puig es uno de aquellos casos de jugadores surgidos en la Masia que gustan mucho más al entorno que a los entrenadores. Ni Valverde ni Setién, ante la presión mediática, le dieron minutos, una tendencia a la que se añadió Koeman, que en varias ocasiones mostró su malestar con el centrocampista. El entrenador, de hecho, llegó a acusar al jugador de filtrar cosas de dentro del vestuario, lo que provocó una crisis importante.
El Barça, de hecho, ha intentado hasta en tres ocasiones que Riqui Puig saliera cedido, para que se fogueara fuera del Camp Nou, pero el centrocampista, sabiéndose protegido, siempre se negó, convencido de que acabaría triunfando en el Camp Nou. Ahora tiene ante sí su mejor oportunidad, pero quizá también la última. Si con Xavi en el banquillo se repite la historia, a Riqui Puig ya no le quedarán excusas para tener que abandonar el Barça. Si triunfa, el centro del campo del equipo blaugrana será suyo para la próxima década.