Cuando el Barça se trasladó a Montjuïc era más que evidente que el número de espectadores en el estadio disminuiría. Son matemáticas básicas: si pasas de tener 99.000 asientos a tener 55.000, no puedes tener la misma audiencia en vivo. Pero lo que no calculó la junta directiva es el número de abonados que tendría el club con este cambio. También se esperaba que el número bajara, pero no de una manera tan drástica.
La temporada pasada sorprendió el poco apoyo que dieron los aficionados de toda la vida. El club había reservado 27.385 asientos, la mitad del estadio, para los abonados, pero solo se apuntaron 17.900 personas. Este curso, la cifra ha aumentado casi un 25% hasta llegar a los 22.000, pero sigue muy por debajo de lo que el Barça esperaba. Y es que este número es muy parecido al de socios del Mallorca y se encuentra por debajo del del Español, con que ha crecido mucho con el retorno a Primera División.
¿Por qué la gente no quiere ir al campo?
Lo que es más sorprende es la radical bajada de socios del club. Hace dos temporadas, cuando todavía se jugaba en el Camp Nou, el Barça contaba con hasta 80.000 abonados. Es cierto que el Estadio Olímpico quizás no es tan atractivo, pero que 58.000 espectadores que antes iban al campo ahora prefieran ver los partidos por televisión tendría que preocupar y hacer pensar al club. Esta temporada, el abono en Montjuïc es solo para la primera mitad, ya que se espera que para la parte final del curso ya se pueda volver al Spotify Camp Nou, así que la cifra podría aumentar.
Pero, sin embargo, el número sigue siendo bajo. También se podría pensar que, después de una temporada en que no se consiguió ningún título y gran parte de la afición perdió la ilusión en muchos momentos, volver a subir los precios no es la mejor solución. El Lluís Companys todavía no es considerado "casa", y tener que pagar más dinero para ver un equipo incierto en un estadio diferente del tuyo no ha sido muy atractivo para el público.
La situación todavía puede cambiar
Como bien hemos dicho, sin embargo, la segunda mitad de la temporada se tendría que disputar en el Spotify Camp Nou, que ya tiene dos gradas casi completadas. Si no coge el síndrome de la Sagrada Familia, tendría que estar acabado en pocos meses y el número de abonados tendría que crecer, si el equipo vuelve a mostrar el juego que la afición quiere.
De momento, ni los fichajes de Hansi Flick, Dani Olmo y Pau Víctor ni la posibilidad de aterrizar a Nico Williams ha sido suficiente para atraer a la afición. Todo el mundo espera una mejor temporada, pero están esperando a ver los resultados para comprometerse y pagar el abono. Hasta que no haya resultados e ilusión, la gente seguirá viendo los partidos desde casa, lo que puede parecer contradictorio, ya que la afición es una gran parte del éxito del equipo. Veremos cómo evoluciona el apoyo al club en las próximas jornadas.