La Serie A vuelve a estar bajo el punto de mira de la justicia italiana. La Guardia di Finanza, cuerpo de policía militar que depende del ministerio de Economía de Italia, ha entrado en las diferentes sedes de la Juventus de Turín por orden de la Fiscalía por presuntas corruptelas. El ministerio público sospecha de irregularidades en la compraventa de jugadores. Por esta razón, se encuentran investigando todas las facturas de los traspasos llevados a cabo entre los años 2019 y 2021 por parte de la Vecchia Signora.

Entre estas, se encuentra el trueque entre la Juventus y el Barça protagonizado por Miralem Pjanic y Arthur Melo. Bajo la firma de Josep Maria Bartomeu, el club catalán y el transalpino acordaron intercambiar a ambos centrocampistas con el fin de sanar los ejercicios económicos de cada entidad a finales de temporada.

Arthur Melo, durante un partido contra la Roma / EuropaPress

El motivante de la operación

Sobre el papel, Arthur llegó a la Juventus de Turín por 72 millones de euros y Pjanic aterrizó en el Camp Nou por 60. Aparentemente, Josep Maria Bartomeu y el Barça sacaban 12 millones de euros de rédito de la compraventa, pero el quid de la cuestión reside en el interés a corto plazo que motivó a las altas esferas de los dos clubs en llevar a cabo los fichajes.

En el caso de la venta de un jugador, los ingresos se obtienen de manera inmediata y se pueden contabilizar al momento. Cuando hablamos de una compra, se puede repartir su precio durante las temporadas estipuladas en el contrato del recién llegado con el fin de no tener que afrontar el gasto total en un solo año. Concretamente, si Pjanic costó 60 millones de euros al Barça y firmó por 4 temporadas, el club blaugrana tan solo tiene que justificar 15 millones por temporada referentes a la operación del bosnio.

Miralem Pjanic luciendo su nuevo dorsal en su llegada al Barça / FC Barcelona

El parche legal en las finanzas de los clubs

De esta manera, Josep Maria Bartomeu así como lo hacen muchos otros presidentes con su club, contó los 72 millones de la venta de Arthur como beneficios de la temporada 2019/20 y los utilizó como parche para tapar el agujero en las finanzas del Barça de aquella temporada y resolver el ejercicio económico en positivo.

El intercambio fue un éxito si ponemos el ojo en las cuentas bancarias de las entidades. Tanto Barça como Juventus no presentaron pérdidas y coincidían en haber cerrado un buen negocio. No obstante, ambos jugadores han desaparecido del mapa desde el trueque. El uno sentado en los banquillos de Italia y el otro buscando hacerse un hueco en el fútbol turco.

 

Imagen principal: Josep Maria Bartomeu consultando el móvil / EFE