Sí, es cierto, el Huesca es el colista de la Liga Santander, con solo una victoria, y se presentaba al duelo con varias bajas relevantes. Pero también lo es que el Barça ha firmado este domingo una gran actuación, que no es poco si se alude a cómo llegaba al duelo el conjunto de Ronald Koeman, deprimido tras un desesperante empate contra el Eibar. Al César, pues, lo que es del César. De hecho, la única nota negativa en El Alcoraz ha sido la dificultad de los blaugrana para concretar las excelentes ocasiones que han sido capaces de generar, un mal que los de Koeman llevan acusando toda la temporada y que de haberse resuelto podría haber dejado un resultado de escándalo en el luminoso.
Después de dos partidos seguidos apostando por un 3-5-2, con buenas sensaciones en Valladolid y malas contra el Eibar, Ronald Koeman ha recuperado en Huesca su tradicional 4-2-3-1, con Griezmann como gran sacrificado. Y la decisión ha resultado ser un gran acierto, pues Dembélé, Messi y Pedri, el trío de mediapuntas escogido por el técnico, han sido los mejores, con una movilidad, una precisión en el pase y un desequilibrio que han llevado al Huesca por el camino de la amargura.
Monólogo blaugrana con Messi, Pedri y Dembélé como líderes
La primera gran ocasión del Barça ha llegado a los 8 minutos, cuando Pedri, de nuevo excelente, ha visto como Álvaro Fernández evitaba el 0-1. Luego ha sido el turno de Braithwaite, que no ha llegado por poco a un buen centro de Alba, y acto seguido lo ha intentado Dembélé, un dolor de cabeza para el Huesca durante todo el partido, que ha visto como su fuerte disparo lo enviaba a córner un defensa local. Y es que el partido ha sido un auténtico monólogo blaugrana, que ante un Huesca extremadamente encerrado atrás ha tocado sin prisa, pero sin pausa, a la espera de hallar el hueco para generar peligro.
Y después de una gran ocasión de Pedri, que ha rematado por encima del larguero un centro medido de De Jong, ha llegado el merecidísimo 0-1, en un balón teledirigido de Leo Messi que el propio De Jong ha enviado al fondo de las mallas. El gol no ha variado la estrategia defensiva del Huesca, pero tampoco el objetivo del Barça de seguir buscando la portería rival. Y antes del descanso ha sido el turno de Messi, en un excelente lanzamiento de falta directa que Álvaro ha sacado de la escuadra con una estirada impresionante.
El Barça no sentencia, pero tampoco sufre
Tras el descanso, se ha mantenido el monólogo, aunque el Barça ha bajado un poco el ritmo, muy posiblemente fruto del esfuerzo físico realizado en el primer tiempo. Al Huesca, sin embargo, no le ha quedado más remedio que empezar a estirar sus líneas, lo que ha aumentado el peligro de Dembélé, que en el minuto 55 ha estado a punto de hacer el segundo en una acción vertical en la que Siovas ha evitado el gol bajo palos. Y el siguiente en probarlo ha sido Messi, que tras una buena dejada de Braithwaite ha chutado desviado.
Al monólogo blaugrana, sin embargo, le faltaba el broche, la sentencia, y la prueba ha llegado en el minuto 62, cuando el Huesca ha estado a punto de empatar en una acción aislada, un córner. La pelota se ha envenenado tras rozar en Mikel Rico y Rafa Mir la ha rematado de tacón. Por suerte para los intereses blaugrana, Ter Stegen no había desconectado, ni por el poco trabajo ni por el gélido frío que caía en la noche oscense. Y es que el alemán ha evitado el 1-1 gracias a sus reflejos felinos.
El susto ha reactivado al Barça, que ha puesto una marcha más. En el minuto 67, Álvaro ha vuelto a lucirse ante Messi, tras otra perla de Pedri, y acto seguido ha sido el turno de Dembélé, que solo ante Álvaro no ha sabido definir con éxito.
A pesar de los constantes intentos de los atacantes del Barça, el 0-1 no se ha movido, un desacierto en el remate final que no empaña la convincente victoria en el primer partido del 2021 de los de Koeman, que, esta vez sí, tiene motivos para sonreír.