Duodécima etapa finalizada, lo que significa que ya hemos superado el ecuador de La Vuelta en España 2024. La segunda semana está ofreciendo tanto espectáculo como se esperaba, y la etapa de hoy ha sido otro ejemplo. En una nueva jornada por tierras gallegas, en la provincia de Ourense, el guion ha sido el mismo que en los últimos días. La lucha por la fuga ha sido brutal, los equipos de los favoritos han querido luchar por la etapa, y el cansancio se ha notado mucho en los últimos kilómetros. En el final de hoy, en la estación de montaña de Manzaneda, el ciclista más fuerte ha sido el español Pablo Castrillo, que se ha impuesto a sus rivales de fuga en una subida final que se ha decidido con un ataque a falta de 9 km. Castrillo ha dado la victoria a su equipo en un día muy emotivo, marcado por la muerte de Manolo Azcona, fundador del Kern Pharma. Los favoritos tampoco han luchado por la etapa en el día de hoy, y Ben O'Connor mantiene el maillot de líder. Todavía tiene más de 3 minutos de ventaja sobre sus rivales, pero se acerca la alta montaña y la presión es inmensa.

De Ourense a Manzaneda, los corredores han disfrutado de otro día de temperaturas suaves. La duodécima etapa prometía mucha velocidad, y eso nos han dado los ciclistas. Era la etapa en línea más corta de esta edición, de solo 137 km y un solo puerto puntuable. Un día lleno de subidas y bajadas, con un terreno complicado donde los corredores notarían el desgaste. Y no podían gastar todas las energías en los primeros 120 km, porque la única complicación de la etapa llegaba al final. Una subida de 15 km muy irregular, con tramos suaves y otros de infernales que aportarían una gran lucha por la etapa e, incluso, la clasificación general. Más de 3000 metros de desnivel que nos aseguraban puro espectáculo.

Una lucha más entre escapada y pelotón

El inicio de la jornada ha seguido el mismo guion que en los últimos días. Mucha velocidad, ataques de grandes ciclistas y una escabechina en el gran grupo desde bien temprano. Van Aert ha intentado marcharse, Marc Soler ha sido el siguiente, y Michael Woods, el más insistente. Pero el Decathlon del líder ha salido a cerrar todos los ataques. Finalmente, a 95 km, un grupo de 10 (donde ha conseguido entrar Soler) se ha marchado hacia adelante sin recibir respuesta. Y así se ha formado la fuga del día. Paro completo en el pelotón, y todo apuntaba a que volverían a ser aquellos escapados los que se jugarían la victoria. Quedaban 85 km, pero las sensaciones eran bien claras. La siguiente hora ha sido muy tranquila, con buena colaboración por delante y poca insistencia por detrás.

Poco a poco, la distancia crecía, y a 60 km para el final los fugados contaban con más de 9 minutos de margen. Sin peligrar la clasificación general, el pelotón se ha desentendido de la etapa hasta la subida final, y la escapada ya ha podido descansar, La etapa la ganaría al mejor escalador del grupo, pero sin ningún ciclista que destacara como gran preferido. Llegados a los últimos 30 km, el ritmo ha empezado a subir en las pequeñas colinas antes del gran ascenso. En la fuga se miraban, recuperando fuerzas cuando el terreno bajaba y pensando en cómo sorprender a los rivales. Empezaban las dudas y las ideas por las cabezas de los ciclistas. ¿Lanzaría a alguien un ataque desde abajo? ¿Esperarían a ver quién va más cansado y quién menos? ¿Cuál sería la mejor estrategia? Pues hemos tenido que esperar poco para verlo.

La Estación de Manzaneda, un último esfuerzo infernal

Primer kilómetro de subida y empiezan los ataques. Harold Tejada, Carlos Verona y Marc Soler, los más activos. Pero todo eran aceleraciones y frenazos, sin hacerse ningún grupo. El catalán, que ya tuvo la victoria a tocar en la primera semana, hoy no quería perder la opción desde tan pronto. A 12 km de la meta, Verona se ha marchado en solitario, pero sin sacar demasiada distancia. Pero en un terreno así, cada metro es complicado de recortar. Algunos ciclistas empezaban a perder posiciones en el grupo, pero nadie abandonaba la aventura. Continuaban los pequeños cambios de ritmo que, poco a poco, les acercaban al español. Por detrás, 7 minutos después, el pelotón ha empezado el puerto, pero ellos se lo han tomado con más calma, en un inicio. Verona neutralizado, pero lo ha intentado otro español, Pablo Castrillo, que ha sorprendido a todo el mundo, y nadie salía a buscarlo. El único, Mauro Schmid, que también ha salido en solitario a buscar al del Kern Pharma. Llegaban a la parte más dura del puerto, a 7 km del final, con los ciclistas divididos en estos 3 grupos. Soler, que se le veía con muchas fuerzas al inicio del puerto, cerraba el grupo después de este primer esfuerzo.

Castrillo con 30 segundos de margen sobre el resto, con Schmid en medio. Hasta los últimos 4 km nadie más ha hecho ningún movimiento, pero ha sido Jhonatan Narváez quien ha salido a la caza. El ecuatoriano se ha marchado hacia el suizo, y solo Max Poole ha podido aguantar a su rueda. Marc Soler ha vuelto a la vida y ha atrapado a Narváez, pero a 2 km del final seguían a 28 segundos del líder. Castrillo ha pasado por la pancarta del último kilómetro con la fuerza de todo el equipo, que quería homenajear a su fundador en el día de su muerte. Además, significaría la primera victoria española de esta Vuelta y la primera de un equipo continental en una gran vuelta este año. Sufriendo hasta el último metro, sacando fuerzas de donde no las había, el español ha atravesado la línea de meta con pocos según de ventaja sobre Poole, pero suficientes para poder celebrar con el público. Marc Soler ha vuelto a quedar en posición de podio, pero sin llegar a la victoria. Mucha emoción en la llegada, donde Pablo Castrillo ha roto a llorar en la primera entrevista recordando el nombre de Manolo Azcona, el hombre que lo llevó al ciclismo profesional. Los favoritos han llegado todos con el mismo tiempo, esperando a las grandes etapas de montaña para atacar.