El río Sena ha sido el emblema principal de las prácticamente cuatro horas de una ceremonia de inauguración de unos Juegos Olímpicos de París 2024 totalmente diferente y con un final apoteósico. Por primera vez no ha habido un Estadio Olímpico como epicentro del acto de apertura de unas olimpiadas, sino que el agua y la Torre Eiffel como destino final han sido las elecciones. Cambio de la tradición, pero hablando de la destrucción, del arte, del fuego, de la música, de la historia... y también del deporte para definir un estreno de unos Juegos Olímpicos que ha sido pasado por agua.
De Zinénide Zidane, al fuego en globo y con final en la Torre Eiffel
Si el exfutbolista francés Zinédine Zidane ha sido quien ha arrancado con la antorcha en las manos, un encapuchado se ha acabado quedando con el fuego que venía desde el santuario de Olimpia. Lady Gaga ha empezado con la música, con Moulin Rouge, también con Los Miserables, apareciendo Notre Dame, el Museo del Louvre, con homenaje a los hermanos Lumière... y reconocidos artistas franceses le han dado el toque más local.
Y para acabar con un final de fiesta en la Torre Eiffel, también con la aparición estelar de Zidane, Rafa Nadal, Serena Williams, Nadia Comăneci, Carl Lewis, Amélie Mauresmo, Tony Parker, atletas paralímpicos, Michaël Guigou, Allison Pineau, Jean-François Lamour y una larga lista de deportistas franceses que han acabado con Marie Jose Perec y Teddy Riner haciendo el último relevo. Un enorme globo encendido con la llama olímpica se ha subido hacia el cielo de París desde el jardín de las Tullerías. Y la cantante canadiense Céline Dion ha acabado cantando el Himno del Amor de Édith Piaf bajo la Torre Eiffel.
Thomas Bach, el presidente del COI, y Emmanuel Macron, el presidente de la República Francesa, han presidido un acto que ha contado con un centenar de jefes de estado y de gobierno de todo el mundo. Hasta 45.000 policías velando por la seguridad de todos ellos y de los 320.000 franceses que han rodeado el recorrido por el perímetro del Sena.
Se ha repasado toda la vida francesa, del espíritu de la revolución al amor, del agua del Sena a la tierra del Trocadéro, y siempre con el destino de la Torre Eiffel, el emblema de estos terceros Juegos Olímpicos que se disputan en la capital francesa. Y es que París vuelve a recuperar unos Juegos Olímpicos 100 años después de ver la llama presidir unas semanas de intensa competición deportiva.
Los deportistas navegan por el Sena
Los deportistas, los grandes protagonistas del acontecimiento, han navegado repartidos en 85 barcos por un recorrido de 6 kilómetros. Dentro de embarcaciones de diferente eslora, pero sumando el total de 205 países y muchos más representantes deportivos con sus uniformes y ondeando banderas. Y a pesar de empezar bien la jornada, las nubes han acabado dando paso a la lluvia, que ha molestado a los deportistas que se han enfundado impermeables y también se han protegido con paraguas.
España, con una representación multitudinaria, ha compartido barco con Estonia. Y ha entrado dentro del quinto acto de esta ceremonia, el de la fraternidad. También se han hablado de valores como la igualdad, la fraternidad, la sororidad, la deportividad, la libertad, la festividad, la oscuridad, la solidaridad, la solemnidad o la eternidad.
Al final, sí que ha sido una inauguración totalmente diferente, pero al mismo tiempo no ha acabado de convencer pese al gran final. Además, han izado la bandera olímpica al revés. Y la lluvia también ha aprovechado para aguar parte del espectáculo, que podría haber sido mucho más lucido. Pero lo más positivo de todo es que a partir de este sábado seguirá la competición y se empezarán a repartir las medallas. Por suerte, el deporte será el protagonista absoluto en París hasta el próximo 11 de agosto.