El fichaje de Arda Güler por el Real Madrid ha supuesto un duro golpe para el Barça. El club blaugrana ya había acordado la llegada de la perla turca al Camp Nou, en un viaje relámpago de Deco, pero el Real Madrid respondió con la cartera por delante, una inigualable prima de fichaje para el padre del jugador que cambió el devenir de las negociaciones. Con Güler ya como jugador del Real Madrid de forma oficial, el Barça ha cerrado la carpeta y ha abierto otra, la de Alberto Moleiro, joven perla del Las Palmas que ya lleva tiempo en la órbita blaugrana.
El mediapunta tinerfeño, de 19 años, ha acumulado 80 partidos en las dos últimas temporadas en Las Palmas, club al que llegó en el 2019, con solo 15 años. Moleiro ya estuvo muy cerca de firmar por el Barça el verano pasado, cuando Joan Laporta pactó un traspaso de 10 millones de euros fijos más 15 en variables. Finalmente, Las Palmas se echó para atrás y Moleiro siguió en el club, con el que ha completado una última temporada espectacular, logrando el soñado ascenso a La Liga EA Sports.
Moleiro, 40 millones de euros
A pesar de que Alberto Moleiro acaba de renovar su contrato con el Las Palmas, hasta el 2026 y con una cláusula de 60 millones de euros, el Barça ha decidido volver a la carga. Las Palmas, consciente de que tiene una perla en bruto, no lo va a poner nada fácil, hasta el punto de que el club canario exige ya 40 millones de euros para dejar salir a su mejor futbolista. El Barça no puede llegar a esa cifra en estos momentos, por lo que propone a cambio una cantidad inferior y dejar al futbolista cedido una temporada.
Si el Las Palmas no acepta, el Barça intentará acordar una opción preferencial por el jugador, asegurar la posibilidad de cerrar al futbolista igualando la misma oferta acepta por el club canario. La relación entre ambos clubes es excelente y Joan Laporta espera que haya acuerdo.
Con los pies en el suelo
Mientras, Alberto Moleiro sigue con los pies en el suelo, consciente de que todo llegará cuando toque. "Me falta tener más pausa. A lo mejor quiero recibir el balón y tengo el ansia de irme enseguida hacia delante, ese querer hacerlo todo rápido... Yo soy el primero que noto que me falta esa pausa porque juego con el ímpetu o con el ansia de un niño de mi edad. Es lo que me hace falta, corregir eso y tener más pausa", afirmó el mediapunta hace un año, en una entrevista para el diario El Día, al ser cuestionado por los aspectos del juego en los que debería mejorar.
Moleiro, además, tiene que vivir con la eterna comparación con Pedri, algo que lleva como puede. "No es que sea un lastre, pero ya cansa un poco eso: el nuevo Pedri, el nuevo Pedri... Pienso que me estoy haciendo poco a poco con un sitio y un nombre; a lo mejor al principio era algo normal, pero ahora creo que eso hay que quitarlo. A mí, por supuesto me enorgullece que me comparen con un futbolista ya consolidado en Primera División. Pero yo no soy el nuevo Pedri ni estoy en esa situación; solo estoy asomando la cabeza. Así que la comparativa no es buena".