El Barça salvó ante el Porto un match-ball para sellar el pase a octavos de final después de dos años sin superar la fase de grupos. Aunque el Lluis Companys vibró con el equipo en el segundo tiempo, gracias al dominio y la superioridad que mostró ante su rival, sigue estando muy lejos de su mejor versión.

Los Joaos salvaron la papeleta para los de Xavi Hernández con dos goles que permitieron remontar. Pero si el conjunto blaugrana quiere dar un paso adelante, no puede depender solo de los dos cedidos y tiene que hacer que el equipo funcione desde el centro del campo. Y la clave para ello es que Ilkay Gundogan, Frenkie de Jong y Pedri consigan combinar entre ellos con fluidez.

Pedri y Gundogan, durante un calentamiento con el Barça / Foto: Europa Press

Pedri, De Jong y Gundogan no se encuentran

La calidad de estos tres jugadores es sobradamente conocida. El canario ha maravillado a los culés desde su llegada, mostrando una gran calidad y visión de juego. El alemán ha aterrizado este verano después de ser capitán del Manchester City de Pep Guardiola, campeón de la pasada Champions League. Por lo que su entendimiento del juego no está en duda. El ex del Ajax es el que más tiempo lleva en el club, y durante estos meses que ha estado lesionado el equipo lo ha echado de menos.

Precisamente las lesiones han sido las que han evitado que veamos a estos tres jugadores coincidir más en el campo. Pero cuando han jugado juntos, tampoco se han encontrado. En el último partido, Gundogan solo le pasó el balón cinco veces a Pedri. La dinámica con De Jong no fue diferente, ya que este solo encontró tres veces al internacional español.

Robert Lewandowski en un partido con el Barça / Foto: EFE

Lewandowski, el otro perjudicado

Cuando el centro del campo no consigue fluir, esto acaba teniendo consecuencias inevitables en el juego del equipo. Una de las primeras víctimas de esta falta de entendimiento es Robert Lewandowski. El polaco salió muy frustrado del partido contra el Porto. No es para menos, ya que sus compañeros no le encontraron. El delantero solo recibió un pase de Gundogan y Pedri y dos de De Jong en los 90 minutos.

Desde la vuelta del parón de selecciones, Lewandowski está siendo prácticamente invisible. El doblete contra el Alavés parecía que podía ser un punto de inflexión para que recuperase su mejor versión y su olfato goleador. Pero al contrario, en los últimos partidos no solo no ha vuelto a marcar, sino que ni siquiera ha creado peligro. Contra el Rayo y en la Champions, solo ha realizado un tiro a puerta. Su participación más destacada fue molestar a Lejeune para que se marcase en propia en Vallecas. Si los centrocampistas y el delantero no se entienden, será difícil que el Barça pueda mantener una regularidad.