Exhibición de fútbol del Manchester City contra el Tottenham para dejar a la Premier League sentenciada (1-3). Pep Guardiola se proclamará campeón de la Liga inglesa este mismo domingo si el Manchester United, segundo, pierde contra el West Bromwich Albion en Old Trafford.

Baño de fútbol

La lesión de Sergio Agüero y la sanción de Fernandinho no han sido un obstáculo para que el City se plantara en Wembley a someter al rival sin piedad. Con una multitud de futbolistas bajitos, Guardiola ha bailado al Tottenham con una tormenta de fútbol de ataque. A los cinco minutos, Leroy Sané ya había enviado una pelota al palo después de una gran jugada colectiva.

El City, hoy vestido de color violeta, hacía sangre cuando explotaba la espalda de los laterales. El mismo Sané y Raheem Sterling eran dos puñales. El Tottenham se limitaba a verlas venir porque era incapaz de cruzar el campo con la pelota controlada. Y en cuatro minutos ya tenía que remar a contracorriente.

Un balonazo de Vincent Kompany ha dejado solo a Gabriel Jesús para que hiciera el 0-1. Un gol que no se identifica con el estilo de Guardiola, pero que tiene el mismo valor. En la siguiente jugada de ataque, el portero del Tottenham Hugo Lloris ha cometido un penalti sobre Sterling que Ilkay Gündogan se ha encargado de transformar. El 0-2 no era justo. El City merecía más.

La falta de puntería ha evitado que la exhibición de los citizens se tradujera en el marcador. Los errores de Kevin De Bruyne, David Silva y compañía hacían evocar viejos fantasmas. El equipo ya desperdició la semana pasada un 2-0 contra el United después de tener la sartén por el mango.

La mano de Guardiola

El Tottenham ha encontrado el premio en su primera jugada con cara y ojos. Christian Eriksen ha hecho el 1-2 antes del descanso después de una gran combinación en la frontal del área del City. El gol ha catapultado a los Spurs. Los de Guardiola han resistido como han podido a la embestida y han celebrado como una pequeña conquista el silbato de la media parte.

Con los papeles cambiados, el City ha sabido sobrevivir escudándose en un rejuvenecido Kompany. Y un cambio de Guardiola le ha devuelto el control. La entrada de Nicolás Otamendi, un defensa, por Sané, un delantero, dibujaba un sistema con tres centrales y dos laterales largos.

Con la posesión, el City ha vuelto a pisar el área del Tottenham. Sterling no se ha cansado de fallar ocasiones claras hasta que ha hecho el tercer gol aprovechando un rechazo de Lloris. El 1-3 suponía un golpe al partido y a la Premier. Con los tres puntos en el bolsillo, Guardiola ha seguido moviendo fichas para evitar cualquier intento de rebelión. Y lo ha conseguido. Su equipo ya se ve celebrando el título de Liga.