El regreso de Ilkay Gündogan al Manchester City tras su paso por el FC Barcelona fue una de las decisiones más comentadas del mercado de verano. El alemán dejó el conjunto azulgrana después de una temporada en la que mostró un buen nivel, pero la llegada de Hansi Flick marcó un punto de inflexión. Desde el inicio, Flick dejó claro que no veía a Gündogan encajando en su idea de juego, más física y dinámica, y abogó por liberar espacio en la plantilla para dar protagonismo a jugadores como Dani Olmo.

El traspaso fue recibido con escepticismo por parte de la afición culé, especialmente porque Gündogan había llegado con el cartel de estrella tras sus años brillantes en el Manchester City. Sin embargo, ahora los hechos parecen dar la razón a Flick. De vuelta al equipo de Pep Guardiola, el mediocampista alemán no está rindiendo al nivel que lo convirtió en una de las piezas clave del City en el pasado.

El desgaste físico y la intensidad de la Premier League parecen haber hecho mella en Gündogan, quien ha sido objeto de crecientes críticas por parte de los aficionados del City. El jugador, que alguna vez fue el motor del mediocampo de Guardiola, ahora lucha por mantener el ritmo en una liga que no permite concesiones. Aunque Guardiola ha intentado protegerlo públicamente, es evidente que su paciencia está llegando al límite.

Gundogan Manchester City Champions / EFE
Gundogan Manchester City Champions / EFE

Mientras tanto, en el Camp Nou, Joan Laporta celebra lo que ya considera una decisión acertada. El presidente del Barcelona confió plenamente en el criterio de Flick, quien insistió en apostar por un perfil más joven y adaptable al sistema que quería implementar. La llegada de Dani Olmo ha aportado frescura y dinamismo al equipo, convirtiéndolo en una de las figuras más destacadas en lo que va de temporada. Además, la salida de Gündogan abrió la puerta a jugadores como Fermín López, que están aprovechando las oportunidades para consolidarse en el primer equipo.

El movimiento no solo fue deportivo, sino también financiero. Al desprenderse de uno de los contratos más altos de la plantilla, el club logró aliviar su masa salarial, lo que permitió realizar nuevas incorporaciones. Laporta ve este cambio como un ejemplo de la gestión eficiente que necesita el club para mantenerse competitivo en el más alto nivel.

Con el rendimiento actual de Gündogan cuestionado en Inglaterra y el Barcelona mostrando una cara renovada, queda claro que la apuesta de Flick por rejuvenecer la plantilla fue un acierto. En el Camp Nou, el futuro parece estar en manos de jóvenes promesas y jugadores con hambre de gloria, mientras el City comienza a cuestionarse si el regreso de su exestrella fue la mejor decisión.