Madrid será la sede de la fase final de las dos primeras ediciones de la nueva Copa Davis (2019 y 2020), que impulsa el grupo Kosmos, propiedad de Gerard Piqué. La competición, que propone un modelo de 18 equipos divididos en tres grupos, se estrenará el próximo año, entre el 18 y el 24 de noviembre en la Caja Mágica. Cada eliminatoria consistirá en tres partidos, dos individuales y un doble, a un máximo de tres sets.
El presidente de la Federación Internacional de Tenis (ITF), David Haggerty, ha destacado la "localización idónea" de Madrid para acoger este torneo: "Estamos deseando trabajar con la ciudad para hacer realidad el sueño de elevar la Copa Davis a un nuevo nivel". Lille era la otra candidata.
Kosmos y la ITF han anunciado este jueves la decisión de celebrar la nueva Davis, competición tenística entre países por excelencia, en la capital española. Haggerty ha subrayado las "excelentes propuestas y el profesionalismo" del Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid durante todo el proceso de selección. La misma Caja Mágica y el Wizink Center, antiguo Palacio de los Deportes, optan a ser el escenario del torneo en el año 2020.
240 millones
El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha destacado el impacto económico que supondrá la organización de un acontecimiento como la Copa Davis durante dos años consecutivos y lo ha cifrado en 240 millones de euros. "Es una noticia muy buena. Todos dijimos que era importante traer la Copa Davis a Madrid y lo hemos conseguido con el trabajo de todos", ha señalado.
Garrido también ha destacado el impacto en el número de visitantes, según él, 250.000: "Son cifras muy importantes que ayudan a situar a nuestra comunidad en el mapa mundial". El presidente de la Comunidad de Madrid también ha indicado que lo más "razonable" es que las semifinales y la final de la edición del 2020 se celebren en el Wizink Center.
Con la confirmación de Madrid como sede de la Copa Davis, sólo falta que Piqué y la Federación Internacional de Tenis convenzan a los jugadores que ya han mostrado públicamente las reticencias con algunos aspectos del nuevo formato, como Roger Federer o Andy Murray.