Gerard Piqué es un futbolista preocupado y un empresario eficiente. El jugador del Barça cumple con su trabajo y después cambia de cara en tiempo récord. De jugar un partido contra el Leganés a las 13.00h, a estar presente en la Caja Mágica antes de las 16.00h.
El defensa del Barça ha hecho el trabajo en Butarque, sin hacer un mal partido y ayudando al equipo a conseguir la victoria. Pero el dinero es el dinero y Piqué se está jugando mucho en la Caja Mágica, recinto en el cual se disputa la Copa Davis, competición que su empresa (Kosmos) ha liderado para modernizar el formato.
Pocos minutos antes de las tres de la tarde el árbitro pitaba el final del partido en el estadio del Leganés. Media hora después salía en la zona mixta de Butarque para hablar ante la prensa. Y antes de las cuatro de la tarde ya estaba en la Caja Mágica.
Tiempo récord, sí, pero también con la ayuda de la proximidad entre Butarque y la Caja Mágica porque están a menos de diez minutos en coche de distancia. Y gracias a eso, Piqué ha podido ver el pase a la final de la Copa Davis de Canadá, que ha vencido a Rusia, y también ha podido vivir en directo la eliminatoria entre España y Gran Bretaña.