Tres últimos acontecimientos han cogido a la junta directiva del Barça, que preside Josep Maria Bartomeu, con el pie cambiado, y en los que se ha demostrado claramente que los jugadores van por delante de los directivos y de los ejecutivos del club: Tema arbitral, gala de la FIFA y renovación de Messi.
En el primero, la junta ha encontrado un aliado en el entrenador Luis Enrique, partidario del silencio antes de la bulla, del aceptar los errores sin protestar. Y en este sentido tanto directivos como técnico no han apoyado a Gerard Piqué, el futbolista que más ha levantado la voz ante las injusticias que ha sufrido el equipo en los últimos partidos.
El Camp Nou vota protesta
Tanto levantó la voz Piqué que se ha ganado un par de expedientes del colegio arbitral por los que puede resultar sancionado. Ningún directivo, en cambio, ha salido a defender al jugador de esos expedientes.
Pero lo que es peor. En el partido de vuelta contra el Athletic, en el Camp Nou, la afición del Barça demostró su total apoyo a Piqué y protestó al árbitro de turno.
Muchos de los que apoyaron a Piqué y mostraron su disgusto con el tema arbitral seguramente votaron en las pasadas elecciones a Bartomeu. La pregunta que me viene a la cabeza es ¿con quién está Barto? ¿Con quién quiere quedar bien esta junta? ¿Con el estamento arbitral, con Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional o con su gente? El Camp Nou vota protesta. Es decir, no es partidario de la actitud de la junta y del entrenador.
Una fiesta para directivos
La gala de la FIFA también cogió a contrapié a los directivos. Los jugadores fueron calibrando la decisión de no asistir a la fiesta de Zurich y el mismo lunes por la mañana dijeron no. Los directivos, en cambio, ya estaban en el avión. ¿Nadie se enteró?
¿Se alinearon Barto y su séquito con los jugadores? No. No respaldaron la decisión de los futbolistas. Estuvieron en Zurich y nadie sabe para qué ni qué hicieron. ¿Relaciones? ¿Pactar no más sanciones? ¿Qué beneficio obtuvieron para el Barça? ¿Sabía la directiva que una de las causas de la negativa a viajar era la sanción que la FIFA impuso a Luis Suárez en el Mundial de Brasil? Probablemente no hacían falta cinco directivos en Zurich. Con uno hubiese sido suficiente.
Renovación de Messi
Y el colofón se está produciendo con la renovación de Leo Messi. Cuando habla de “sentido común” a qué se refiere el portavoz del club. Cuando Luis Enrique no se atreve apostar por si esa renovación se hará efectiva o no, o como dijo en la última conferencia de prensa “se necesita mucha tranquilidad” a qué hace referencia.
El sentido común y la tranquilidad sólo conducen a un objetivo: la renovación. No puede jugar la directiva con este tema. Quién verdaderamente necesita tranquilidad es la afición, que no quiere oír el rumor de que su ídolo, su líder, la esencia del club en este momento, puede marcharse.
Y si para colmo sale Pere Gratacós y suelta una 'ayudita' como la que soltó durante el sorteo de los cuartos de la Copa del Rey diciendo que Messi no sería tan bueno sin Neymar, Messi y Suárez, entonces, de verdad, la intranquilidad aumenta entre la afición y, especialmente, entre los votantes de esta junta.
Messi, señor Gratacós, es el que hace bueno al Barça.
Y en este tema también, la directiva ha tenido que asistir a que otro jugador con peso en el vestuario como Luis Suárez, lanzara ante las cámaras de televisión que “lo que hay que hacer es renovar a Messi ya”.
En estos tres temas, la directiva ha ido por detrás de los jugadores claramente, cuando la lógica manda que tanto la junta como los futbolistas y el técnico vayan en el mismo avión. Algo está fallando.