Gerard Piqué ya está en Shanghái, donde se está disputando el Masters 1000 de tenis y donde diversos de los mejores jugadores del mundo han puesto en duda la participación en la nueva Copa Davis que impulsa Kosmos, su empresa.

El jugador del Barça ha aprovechado los cuatro días de fiesta de Ernesto Valverde para presenciar en directo la semifinal entre el alemán Alexander Zverev y el serbio Novak Djokovic, dos de los tenistas más críticos con el cambio de formato de la Davis.

En una rueda de prensa hace unos días, Djokovic aseguró que no sabe todavía si jugará el torneo pero que pondrá por delante la futura Copa del Mundo de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales): "Entre las dos, daré prioridad a la Copa del Mundo por Equipos, porque esta es competencia de la ATP, pero, obviamente, todavía tenemos que discutirlo personalmente dentro de mi equipo".

El mes de agosto pasado la asamblea general de la Federación Internacional de Tenis (ITF) aprobó este nuevo formato de torneo que deja atrás la tradicional competición de cuatro fines de semana y adopta uno de un solo fin de semana, con sede única y 18 equipos.

Esta era la propuesta del grupo empresarial Kosmos, que fundó y preside Piqué, y que se ha comprometido a invertir 3.000 millones de dólares durante un periodo de 25 años, abonado por Hiroshi Mikitani, director de Rakuten, la empresa japonesa de comercio electrónico que patrocina la camiseta del Barça.

El nuevo formato, que sustituye el establecido desde 1900, entrará en vigor a partir del 2019 y la próxima semana se celebrará el acto de presentación en Madrid, sede para los dos próximos años.

Entre este torneo y la copa de la ATP, recordó Djokovic, habría sólo unas cinco o seis semanas: "Siento que la fecha de la Copa Davis es realmente mala, especialmente para los mejores jugadores".

El alemán Zverev, quinto mejor jugador del ranking ATP, fue mucho más claro para borrarse de la Davis por la acumulación de partidos: "Creo que todos los mejores dirán lo mismo. Quiero decir, tenemos un mes y medio de descanso en nuestra temporada, y eso es a finales de noviembre y diciembre. Hacer un torneo a final de noviembre es una locura porque todos estamos cansados".

"Los jugadores", prosiguió, "tuvimos conversaciones con la ATP sobre cómo hacer que la temporada sea más corta y no más larga" y eso no "está sucediendo" por lo cual, insistió, "te garantizo que no seré el único" que se niegue a jugar.

El número dos del tenis mundial, Roger Federer, no fue tan duro pero dijo que no cree que este torneo sea para él: "Ya veremos qué pasa, pero no creo que eso haya sido diseñado para mí. Eso está diseñado para la futura generación de jugadores".