Pasan los días y el caso Negreira se hace pequeño, pequeñito. Se desinfla como una ofensiva rusa. En las portadas no queda ni rastro. El 11 de marzo, El Mundo abría diciendo: "El Barça, investigado por comprar a los árbitros". Y el editorial: "Una vergüenza insoportable, el fútbol español debe reaccionar" (el resto de trolas sobre el caso publicadas por el tabloide ultra puedes leerlas aquí). Marca, el diario deportivo propiedad del mismo editor, también ha puesto toda la carne en el asador para propalar que el Barça "compraba árbitros" (aquí tienes el índice de lo que ha publicado sobre la cosa). Diciendo sin decir, han insinuado, incansables, que el Barça compraba favores arbitrales, retorciendo la expresión de la fiscalía —también triste— de que el Barça buscaba que los arbitrajes le favorecieran. La Razón, por ejemplo, habla de "los datos que 'retratan' al Barça". ¿Retratan? Tú ya me entiendes.
Hace quince días que la fiscalía presentó la denuncia, vistiendo jurídicamente la mona de todas las mistificaciones y bolas que han difundido esos dos medios y otros —incluidos muchos tertulianos miedosos de radios y teles catalanas— y a la hora de presentar su informe, el ministerio público no ha podido aportar una sola prueba. Nada de todo eso sale en las portadas, ni hoy ni los últimos días. El daño está hecho porque el gobierno español, todos los clubs de primera —el primero, el Espanyol— y la UEFA han caído en la trampa. El Consejo Superior de Deportes y los clubs han dicho que se añadirán a la acusación si el juez admite la denuncia. La UEFA ha abierto una investigación que la faculta para suspender sin más trámites al Barça de las competiciones europeas por|para un año, cosa que perjudicaría gravemente el nombre y la caja del club. Cabe decir que el Barça es el principal promotor de la Superliga, torneo competidor de la Champions de la UEFA y al que este organismo se opone con uñas y dientes.
Lo mismo Marca habla del informe de la fiscalía este lunes... en el segundo párrafo de la pieza. Dice: "Hay que descartar la compra de partidos a través de los árbitros... no hay ninguna prueba". El Mundo aun es hora de que lo explique. Cuesta, claro, aceptar que eres un mentiroso y que todo el desparrame o de sospechas es humo. Como no quieren quedarse con el culo al aire, Marca se arranca con una acusación encubierta: "La gran incógnita... es qué compró el Barcelona durante estos años con el pago de 7,5 millones", como diciendo que, bueno, quizá no compró árbitros pero algo malo hizo.
En realidad, la incógnita es qué pretenden esos dos diarios —y la fiscalía— dando por bueno que el Barça compraba árbitros sin ninguna prueba. ¿A qué árbitros y qué partidos compró, al Barça? Silencio. El mismo Negreira y los mismos árbitros lo han negado. A pesar de todo, solo en una opinión, también este lunes, Marca pone en solfa las insidias del mismo diario: "No hay … una sola prueba de compra de árbitros," dice el comentarista. Sí hay otra información que "retrata" a Negreira, como la que publica Ara: Su hijo ofrecía servicios de coaching a colegiados que después recibían trato de favor a la hora de subir de categoría.
Vale la pena leer el informe de la Agencia Tributaria incluido en el escrito de la fiscalía y que Marca titula, con una hipótesis y torciendo las palabras, "Los 'favores' que Negreira pudo hacer al Barcelona", en vez de decir, por ejemplo: "La fiscalía no aporta ninguna prueba de que el Barça pagara a los árbitros". En fin. Los "favores" que "podía hacer Negreira" son: "que [el Barça] pidiera [que] los equipos dispusieran de más de 25 jugadores por temporada; que el Comité de Competición no estuviera compuesto íntegramente por jueces madrileños; que el Club nombrara a un interlocutor con la Federación para cuidar las relaciones institucionales; que el Club enviara siempre a algún representante a los homenajes de despido de los árbitros de Primera; recomendar qué tarjetas amarillas o expulsiones podrían ser recurridas; informar o avisar de cualquier visita institucional de la RFEF o el CTA para que el Club mantuviera buenas relaciones". De risa. Lo que Marca llama "favores", entre comillas, como queriendo decir, la Agencia Tributaria lo llama "consejos o recomendaciones". Todo retorcido y embadurnado. Y así todo desde hace un mes. En este caso ya no se sabe quien es más quinqui, el exárbitro o esos diarios. Es una vergüenza insoportable.