Los diarios llevan hoy en portada la fotografía de Pau Gasol, que ayer anunció su retirada de la práctica del baloncesto profesional. Es el deportista catalán y español más laureado, más internacional y más lo que quieras. Dirás: y Rafa Nadal, ¿qué? Pues que no es catalán y todavía vive y lucha y cuando se retire ya hablaremos. De entrada, deberíamos ponernos de acuerdo en una magnitud que sirva para compararlos y, a ver, es que esta pareja es incomparable. El único diario que no lleva la foto de Gasol en primera es El Punt Avui, que da la noticia pero entrega la foto a los sufridos pasajeros de Rodalies Renfe, víctimas de la huelga salvaje de los maquinistas de tren. Quizás merecen esa imagen en portada, pero quizás podían haberla dado otro día, porque la huelga ya hace cuatro que dura —y espérate.
Hay dos tipos de fotografías de Pau Gasol, la buena y las malas. La buena es la que se le ve cubriéndose los ojos con la mano, el típico gesto de aflicción, y cómo su hija lo imita, poniéndose ella también la mano sobre los ojos, como hace papá. Good girl. La foto es sensacional, excelente, magnífica. Tienes que verla —lástima haberte descubierto la sorpresa que esconde, pero igualmente fíjate. Además, tiene un punto de épica profesional porque la han hecho al menos dos fotoperiodistas al mismo tiempo: Albert Gea, de la agencia británica Reuters (la publican Ara, El País y El Mundo), y Javi Ferràndiz, de El Periódico. Enhorabuena a ambos por la vista. Los otros diarios eligen fotos malas —en comparación con la buena, claro— y resulta difícil entender por qué algunos que disponen del servicio de Reuters no han publicado la foto de Gasol y su hija con la mano en la cara. Si hoy queríais transmitir un sentimiento de duelo por la retirada i un contraste de alegría por la trayectoria colosal, esta imagen cumplía mejor que ninguna.
Hoy también es un buen día para que compruebes qué diario te quiere explicar las cosas y cuál quiere cocinar tu cerebro para que pienses como ellos. Compara los títulos sobre el acuerdo entre PSOE y Podemos sobre asuntos de los próximos presupuestos del Estado en que los socios del Gobierno no iban al mismo tiempo. El País te informa de que el acuerdo eleva las pensiones más de un 2% —suena un poco a alarma porque no se ha explicado cómo se pagará—. Pero es un hecho. La Vanguardia te informa de que el acuerdo sobre la ley de vivienda encauza la aprobación de los presupuestos. Son dos proposiciones fehacientes y relacionadas. El Periódico te informa de que, a consecuencia de ese pacto, el Estado podrá intervenir los precios del alquiler. El Mundo, en cambio, hace un juicio de intenciones y una valoración casi moral, y titula que Podemos "arrastra" a Sánchez a la "intervención radical" del alquiler. ¿Qué es una "intervención radical"? No se sabe, pero suena fatal, huele a sòviet y a incautación. Hace temer que los propietarios de viviendas pasen a ser peor vistos que los independentistas. Un espanto. Ahora, a la información, lo que se dice información, eso de El Mundo no se parece mucho.
Otra nota sobre ABC, que hace tres días que publica los llamados Papeles de Manglano. Se trata de una serie de reportajes que resumen y ordenan centenares de documentos y agendas de Emilio Alonso Manglano, el antiguo director del Cesid (ahora CNI) entre 1981 y 1995. Hace dos días, por ejemplo, explicaban que la ministra de Defensa, Margarita Robles, cuando era la segunda del ministro Belloch en Interior, se encargaba de llevar dinero en metálico a la Casa Real "para no dejar rastro". Hoy dicen que Juan Carlos I consiguió 36 millones de dólares del rey de Arabia Saudí "para financiar la Transición". Dí que sí. Después de todo lo que se sabe, todas estas "revelaciones" tienen todo un aire de lavado de cara destacable. Este mismo domingo, El País comenzó a publicar los Pandora Papers, una investigación sobre compañías offshore. Revela que la examante del emérito, Corinna Larssen, quería dejarle parte de su fortuna si moría antes que él. Ya sabes, canten papeles y callen barbas.