Que Hansi Flick tiene su esencia en el juego ofensivo no es secreto para nadie. Que el estilo del Barça es defenderse con balón, tampoco. No obstante, ninguna de estas dos máximas pudieron imperar en los últimos 10 minutos del primer envite de semifinales de Copa del Rey entre el conjunto blaugrana y el Atlético de Madrid (4-4).
Al Barça le sobraron los primeros 10 minutos de pájara y últimos 10 minutos de ingenuidad. En el 6' de partido, los colchoneros ya iban 0-2 arriba en cuestión de dos contras. En el 84', Marcos Llorente firmó el 4-3 mientras entre las líneas del equipo culé cundía el desorden. Y para colmo, como si no se tratara de una eliminatoria a doble partido, Alexander Sørloth estableció el 4-4 definitivo en el 90+3'.
El Barça tiene que saber interpretar los momentos
El noruego, verdugo de los blaugrana en el partido de liga (1-2), volvió a aguar la fiesta culé tras un auténtico partidazo de los de Hansi Flick. Porque, a pesar del resultado y a pesar de las sensaciones, lo fue. También lo fue el duelo liguero, pero el Atlético de Madrid, en ese entonces todavía más sometido, pudo asaltar Montjuïc cuando de nuevo se había perdido el norte.
Y es que el Barça, en el partido de liga, hizo justicia a aquello de que la avaricia rompe el saco. Tenía entre manos un empate que no dejaba de tener sabor a poco, pero ir a buscar la victoria le hizo cerrar el año perdiendo el liderato. Este martes, la realidad es que durante bastantes minutos se veía más cerca el 5-2 que no el 4-3, pero el Barça siguió defendiendo a 50 metros de su portería y el Atlético de Madrid, que no perdona con espacios, pudo volver a hacer sangre.
En el 84, una llegada de Marcos Llorente desde segunda línea se tradujo en un 4-3 del que mucha culpa tiene Julián Álvarez. Especial mención para el argentino, que fue una auténtica pesadilla para la defensa blaugrana y que, realmente, estuvo al nivel excelso de los inspiradísimos Pedri y Lamine Yamal. En el canario reside la otra gran clave del amargo final. El Barça no fue capaz de dibujar un bloque bajo cuando tenía la eliminatoria prácticamente sentenciada. 4-3. Y siguiendo defendiendo muy lejos de su portería, ya con el Atlético volcado y con el control del partido perdido por la sustitución de Pedri en el 85', un balón largo de Lenglet dejó ni más ni menos a que tres hombres solos contra Szczęsny. Aquí ya, con el polaco vendido y con Sørloth esperando el regalo de Samuel Lino, Barça y Atlético de Madrid se citaron en el Metropolitano el próximo 2 de abril con todo por decidir.