Lamine Yamal, Pau Cubarsí, Marc Bernal y Andrés Cuenca son los 4 grandes referentes de la Cosecha del 2007 de la Masia, una de las mejores generaciones de las categorías inferiores del Barça de los últimos años. La gran suerte del club blaugrana es que el encomiable trabajo que se lleva a cabo en su fútbol base nunca deja de fabricar grandes perlas. Y desde hace tiempo se considera que la generación del 2008 no tiene nada que envidiar a la del 2007, una lista de grandes jóvenes talentos en la que destacan Guille Fernández y Toni Fernández, dos jugadores que son primos y que comparten una calidad con el balón en los pies espectacular, además de un carácter competitivo impropio de chavales de solo 16 años.
Ambos jugadores están llamados a llegar muy alto, aunque de entre los dos, el que el Barça tiene en mayor consideración es Guille Fernández, un auténtico prodigio que ya tiene dorsal del Barça Atlètic, ya que se cree que no tardará en estar preparado para dar el salto al primer equipo. Toni, por su parte, se convirtió recientemente en el jugador más joven en marcar un gol con el filial blaugrana, con una chilena espectacular contra el Ourense. Solo 4 minutos después, fue el turno de Guille, que no se quedó atrás con un disparo brillante.
Del Espanyol al Barça
Nacido en Rubí el 16 de junio de 2008, Guille Fernández inició su formación en las categorías inferiores del Espanyol, junto a su primo, Toni Fernández. La calidad de ambos saltaba a la vista, hasta que en el 2015, durante un torneo celebrado en Cardedeu, David Sánchez, entonces técnico del prebenjamín del Barça, dio el paso y propuso al entorno de los jugadores su fichaje por el club blaugrana. En aquel momento, ambos futbolistas decidieron seguir en el Espanyol, aunque todo cambio 2 años después, en el 2017, cuando entró en acción Dani Horcas, entrenador del alevín blaugrana, que logró convencer al padre de Guille Fernández para que aceptara cambiar el blanquiazul por el blaugrana. Y el premio fue doble, ya que Guille aterrizó en la Masia junto a su primo Toni.
Tal y como le había explicado Horcas al padre de Guille, el entrenador apostó por el jugador, le dio muchos minutos, y el centrocampista respondió creciendo a una velocidad espectacular, mostrando una calidad con el balón en los pies y una visión de juego fuera de lo normal. A todo ello se unió un crecimiento físico espectacular, por lo que Guille Fernández se fue convirtiendo en un centrocampista total que con solo 16 años ya está en la rampa de aterrizaje del primer equipo.
Flick, muy pendiente de los primos Fernández
A pesar de que Guille es la joya de la corona, su primo Toni no se queda atrás. No tiene la calidad innata con el balón en los pies de Guille, aunque se desenvuelve a las mil maravillas en los extremos e incluso en la posición de falso 9. Su mayor virtud es la interpretación del juego, a lo que añade una capacidad para regatear rivales espectacular. Toni, de hecho, fue uno de los grandes destacados de la gira del Barça por los Estados Unidos, en la que dejó muy buenas impresiones en el partido contra el Milan.
Ambos jugadores tienen la gran suerte de tener un gran entorno, una familia con los pies en el suelo que controla la alimentación y el descanso de ambos futbolistas y que los guían para que mantengan los pies en el suelo, sobre todo en los últimos meses, cuando tanto Guille como Toni se ven en todas las quinielas de futuras grandes estrellas del Barça.