La lástima es que ya ha acabado. El Bayern de Munich y el PSG han hecho un auténtico partidazo en la ida de los cuartos de final de la Champions League que se ha decantado para los parisinos (2-3) gracias al talento individual de Neymar y Kylian Mbappé. Los alemanes han sido superiores, pero se han visto castigados por acciones aisladas.

La eliminatoria bomba

La final avanzada y por dos. El sorteo de los cuartos de final regaló la eliminatoria bomba: Bayern-PSG. La reedición de la final de la Champions del año pasado no ha decepcionado a los fieles aficionados del fútbol y los dos equipos nos han regalado un espectáculo.

Neymar y Pavard luchan por una pelota / EFE

El duelo ha tenido absolutamente de todo: superioridad, goles, asistencias, regates, error imperdonables, sustituciones tempraneras e incluso sangre. Todo eso bajo una intensa nieve en Munich que ha ido disminuyendo a medida que avanzaban los minutos.

El PSG y el Bayern, actual campeón de la Champions, han demostrado su libro de estilo. Los franceses, verticales y buscando el contraataque; los bávaros, sin Lewandowski (por lesión) y Gnabry (por coronavirus), son la máquina casi perfecta, dominadora y que a la mínima te puede atropellar.

No mentiremos a nadie si decimos que los de Munich han sido superiores en prácticamente todas las facetas del juego, pero al final, en el fútbol eso no importa. Quien marque más goles, ganará. Así de simple y al mismo tiempo tan complicado.

Neymar, de líder

Neymar ha ejercido de líder y ha sido primordial en las acciones de peligro del PSG. El brasileño ha dado las primeras dos asistencias y su calidad ha vuelto loca a la defensa alemana. Mbappé ha empezado abriendo la lata con un mal chute y un error de Neuer y pocos minutos después Marquinhos ha hecho el segundo.

Neymar durante el partido / EFE

Hans-Dieter Flick ha fallado en el planteamiento y antes de la media hora de juego ya ha hecho un cambio y antes del descanso, otro. No le gustaba lo que estaba viendo y la reacción quería que fuera inmediata. Choupo-Moting ha recortado diferencias y ha hecho ir más tranquilos a los bávaros que poco a poco se han ido haciendo más superiores en el terreno de juego.

La velocidad a la que juega el Bayern es otra historia. No hay ningún equipo que juegue así. Müller ha puesto las tablas en el luminoso y ha demostrado su carácter con el gol y dejando la anécdota de la jornada. En una jugada se ha hecho sangre en la cabeza, la tenía ya en el cuello, pero él seguía jugando. Ha sido Mateu Lahoz, el árbitro que silbará el Clásico, quien le ha avisado.

Con el 2-2, todo hacía prever que el gol sería para el Bayern, pero un contraataque de libro les ha sentenciado. Mbappé ha definido a la perfección y deja un marcador favorable para los franceses a la vuelta. La próxima semana, el desenlace de esta final avanzada, pero lo que está prometido es un espectáculo de fútbol. Qué gozada ver estos partidos.

 

Imagen principal: Los jugadores del PSG celebran un gol / EFE