El Sevilla está viviendo una temporada de pesadilla. Después de ganar la Europa League el curso pasado, parecía que con José Luis Mendilibar se podía reiniciar el proyecto. Pero nada más lejos de la realidad. Llegados a las 20 jornadas de Liga, el conjunto andaluz ha sumado la peor puntuación de su historia desde que se suman tres puntos por victoria. Una estadística peor que la de la temporada 99/00, año en el que descendió como último clasificado, sumando 17 puntos.
La cosa no se queda ahí. Con la derrota contra el Alavés (2-3), los hispalenses sufren la peor racha en casa de los últimos 60 años, con nueve partidos sin ganar en Liga (cuatro empates y cinco derrotas). Aunque su actual entrenador, Quique Sánchez Flores, tan solo ha estado en dos de estos partidos después de sustituir a Diego Alonso, ya empieza a ser señalado. La misión del técnico madrileño será salvar al equipo del descenso, por raro que parezca.
Los fichajes no responden
Si algo caracterizaba al Sevilla, era la capacidad para encontrar talento desconocido para el gran público y hacerlo relucir. Este podía ser el caso de jugadores como Dodi Lukebakio, Djibril Sow o Adrià Pedrosa. Pero ninguno de ellos ha podido compensar la pérdida de jugadores importantes. La llegada de Sergio Ramos tenía que servir para que el equipo tuviese un líder que le sacase la capacidad de luchar y sobreponerse a los peores momentos, pero no ha sido el caso.
Aunque la situación económica del club no permite grandes malabares financieros, se puede esperar que intenten reforzarse durante este mercado de invierno. El fichaje de jugadores para el filial, como Mateo Mejía, sirven para ayudar también al primer equipo en estos momentos. “Conozco muy poco al equipo, debo estar en manos de la dirección del club. El conocimiento de la dirección deportiva y la directiva está ahí, no puedo invadir ese territorio estando aquí desde hace sólo unas semanas”, contestaba Quique Sánchez Flores al ser preguntado sobre posibles incorporaciones.
El calendario no perdona
La sensación en el Sánchez-Pizjuán es que lo peor está por venir. El calendario no es precisamente favorable al conjunto andaluz. Después de la dura derrota contra el Alavés, los sevillanos visitarán al Getafe en la Copa del Rey y al actual líder de la Liga, el Girona.
Para cerrar el mes, los de Quique Sánchez Flores recibirán al Osasuna. Un partido que puede ser un martirio para el equipo, dependiendo de los resultados conseguidos en los dos partidos mencionados. Con el público crispado y los jugadores temerosos de un posible descenso, no será una temporada fácil para el Sevilla.