Rafa Nadal ha asegurado que es posible que el rey emérito Juan Carlos I se haya "equivocado" en algunas de sus acciones, pero que siempre hay que recordar "lo que ha hecho por España". En una entrevista en el diario italiano Corriera della Serra, el tenista mallorquín, aparte de excusar al borbón, se ha negado a declarar si es de izquierdas o de derechas: "No me hagas hablar de política", ha dicho.
Por otra parte, Nadal también ha explicado porque sigue viviendo en España, dónde la legislación fiscal es más elevada que en otros países. "Soy español y estoy feliz de serlo. Evidentemente, cuando llega la factura de los impuestos, soy un poco menos feliz. Pero tuve la suerte de nacer en un país con muchas virtudes, hecho que me dio una buena vida," ha dicho. "Me siento profundamente manacorense, mallorquín, español y europeo. Cuatro veces afortunado", ha añadido.
El tenista, además, también ha tenido que responder cuestiones teológicas como la existencia de Dios. "No sé si existe, no me lo pregunto. Para mí, lo importante es portarme bien, ayudar a quién lo necesita. Creo en la buena gente. Y si Dios existe, será maravilloso", ha afirmado.
La crisis del coronavirus
Por último, Nadal también ha hablado sobre la cuestión que está condicionando la vida de casi todas las sociedades del planeta: el coronavirus. "Todavía soy bastante joven, el físico sigue respondiéndome. Aun así, si me contagio, puedo contagiar a personas de riesgo. Estoy preocupado por mis padres, por mi familia, por mi comunidad. Es el momento más difícil de nuestra vida. Por eso es hora de luchar por cosas mucho más importantes que un partido de tenis. Tenemos que cultivar la confianza", ha dicho.
Su solución, superar la crisis "con respeto". "Hacia nosotros mismos, hacia nuestros seres amados y hacia los demás. Y con responsabilidad y lógica. La gente muere a causa del virus, pero también puedes morir de hambre. El golpe a la economía es muy severo. Necesitamos encontrar el equilibrio entre salud y trabajo, entre salud y protección social. La seguridad es primordial, pero también la libertad y la dignidad", ha sentenciado.