Madrid ha revivido al mejor Rafa Nadal. Una semana más tarde de la dolorosa derrota que partió contra Álex de Miñaur en Barcelona, el tenista balear se ha reencontrado con el mismo rival, esta vez en la pista Manolo Santana. Había muchas dudas sobre cuál sería el estado físico de Nadal después de disputar su primer torneo en meses, pero su respuesta ha sido de categoría, siendo capaz de vengarse con un sólido triunfo en dos sets (6-7 / 3-6), cerrado en dos horas y dos minutos. Con esta victoria, el cinco veces campeón del Masters 1000 de Madrid mantiene su llama viva en este torneo, para seguir soñando a lo grande y empezar a pensar en Roland Garros con ilusión. Ya parece claro: Rafa está aquí competir. Veremos hasta donde llega su aventura en la Caja Mágica de Madrid, pero la pista Manolo Santana seguirá disfrutando de su tenis, como mínimo, una ronda más. Su próximo rival será Cachín, que ha derrotado Tiafoe en segunda ronda, un rival que en tierra abatida puede ser también asequible.

Madrid también ovaciona a Rafa Nadal...

Desde su retorno en Brisbane el pasado 31 de diciembre, cada partido que disputa Rafa Nadal se está convirtiendo en un homenaje. Aunque el jugador mallorquín todavía no ha anunciado de forma definitiva que este estará su último año en el circuito, el mundo del tenis vislumbra una retirada este año. La semana pasada fue Barcelona quien se despidió de Nadal con una majestuosa ovación y ahora le tocaba al estadio Manolo Santana seguir rindiendo tributo al legado del tenista que lo ha visto coronar en hasta cinco ocasiones.

Y el público madrileño no ha fallado a su cita. La pista central de la Caja Mágica se ha llenado hasta la bandera para celebrar cada punto de Rafa Nadal y darle el impulso necesario para luchar por la victoria. Dos días antes había sido capaz de derrotar a un jovencísimo Darwin Blanch (16 años) en el mismo escenario, pero Álex de Miñaur parecía la prueba de fuego para comprobar en qué momento se encontraba y ver si había evolucionado desde su derrota a Barcelona. Y el inicio de partido de Nadal ha sido prometedor, poniéndose con un 0-2 a favor con break incluido.

... y el partido empieza con un intercambio de breaks

Pero rápidamente han llegado los primeros problemas para Rafa Nadal. Primero, con el juez de silla, con quien ha tenido una fuerte polémica. Nadal había dejado de jugar un punto al ver que había ido fuera, pero el juego ha continuado y ha acabado siendo punto de De Miñaur. El balear argumentaba que había pedido challange, pero el árbitro le reprochaba que tenía que detener el juego antes y de una forma más visible. Finalmente, como suele suceder en todos los deportes, el juego ha proseguido sin ninguna rectificación del colegiado. Y el tenista local lo ha acusado, ya ha perdido los dos siguientes juegos, jugándolos visiblemente descentrado.

Rafa Nadal habla cono el juez de silla en el Masters 1000 de Madrid / Foto: EFE
Rafa Nadal hablando con el juez de silla / Foto: EFE

Aparece el mejor Rafa Nadal para sellar el triunfo

A pesar de este incidente, Rafa Nadal no quería dejarse ir y ha seguido batallando punto a punto. Y eso ha obtenido recompensa, ya que el set se ha acabado decidiendo en un tie-break que ha vuelto a ser igualado, pero que ha acabado decantándose a favor de Nadal, que se ha adjudicado la primera manga del duelo. Un pequeño gran triunfo que hacía meses que no obtenía y que ha celebrado como siempre ha hecho: grito de "vamos" y la pista Manolo Santana enloquecida.

Ganar el primer parcial del partido le ha dado un chute de energía que ha aprovechado en el primer juego del segundo set para romperle el servicio a De Miñaur. El tenista australiano estaba contra las cuerdas y Rafa Nadal ya se veía avanzando a la siguiente ronda. El duelo estaba en un momento tenso, pero aquí es cuando ha aparecido la experiencia del cinco veces de este torneo para no titubear en ningún momento y cerrar su triunfo.

Nadal empieza a presentar síntomas de mejora en su juego y ya no parece una utopía soñar con Roland Garros, la gran cita que tiene marcada en rojo en el calendario. ¿Por qué no soñar en grande?