A estas alturas, Ousmane Dembélé está más fuera que dentro del Barça. El francés se encontraba a gusto en el club blaugrana. Se había vuelto una de las piedras angulares del proyecto de Xavi Hernández, que confiaba en él plenamente y lo había convertido en titular indiscutible, a pesar de su irregularidad y las continuas lesiones. Hace unos meses, aseguraba que su intención era seguir en el Barça, el club que quiere, y luchar por conseguir ganar una Champions. Ahora, sin embargo, parece que todo se tambalea.

Desde que el PSG de Luis Enrique mostró su interés en el extremo francés para cubrir la más que probable baja de Mbappé, todo se ha puesto patas arriba. El club parisino acelera para cerrar el traspaso durante este lunes 31 de julio, cuando su cláusula de rescisión todavía estará en 50 millones, 25 para el club y 25 para el jugador, antes de que escale hasta los 100. La pregunta es: ¿qué es lo que ha hecho que Dembélé cambie de opinión sobre su futuro tan rápidamente?

Dembélé durante el Clásico de Estados Unidos / Foto: EFE

La relación entre Deco y Raphinha

Uno de los aspectos principales que ha sembrado la desconfianza entre Dembélé y el club es la presencia de Deco. El verano pasado, cuando el francés tuvo que renovar el contrato, se encargaron Mateu Alemany y Jordi Cruyff, con quienes llegó a establecer una muy buena relación. Ahora, en cambio, Moussa Sissoko, su agente, y él protestan porque no conocen Deco, con quien están negociando el traspaso, y eso siembra dudas e inseguridad entre ellos.

Además, hay otro aspecto que hay que tener en cuenta: antes de llegar el Barça, la agencia de representación de Deco trabajaba con Raphinha. El brasileño es rival directo de Dembélé por la titularidad y, de hecho, disputó casi todos los partidos durante la baja del francés. Por lo tanto, Sissoko no se encuentra cómodo negociando con una persona que, según considera, puede ir en contra de sus intereses.

Raphinha busca ganarse la titularidad al lado de Lewandowski / Foto: EFE

Los problemas económicos del Barça

Por otro lado, el otro gran problema es la situación económica del Barça. El club necesita vender y generar ingresos, pero, hasta ahora, no ha recibido ofertas importantes a cambio de ninguno de los otros delanteros. Por lo tanto, la dirección deportiva podría no ver con malos ojos el ingreso de los 25 millones que se llevaría si la cláusula se paga durante el mes de julio. Además, el club se ahorraría una ficha bastante elevada, algo que les permitiría seguir reforzándose, tanto como ha pedido al mismo Xavi.

Las próximas horas serán clave en el desenlace de esta historia. En caso de que, finalmente, el PSG proceda a ingresar el importe de la cláusula, el Barça tendrá que decir adiós a Dembélé y deberá empezar a valorar opciones, luchar por construir una plantilla de calidad y encontrarle a un buen sustituto.