El Barça ya busca entrenador para sustituir a Xavi Hernández a final de temporada. Con el anuncio de la despedida de Jürgen Klopp del Liverpool, la directiva blaugrana pretende convencer al técnico alemán para que ocupe el banquillo del Camp Nou en lugar de tomarse el descanso que prometió.
Para ello, Joan Laporta pretende darle las llaves del equipo. El presidente sabe que el estilo de Klopp no se basa en el control del partido y la posesión, como marcan los cánones blaugranas, sino en un ritmo vertiginoso. Para poder llevar a cabo este plan, el actual entrenador red tiene una lista de nombres que deberán salir, antes de que otros puedan entrar. El primero de ellos, Raphinha.
Raphinha, en el punto de mira
El brasileño no está cumpliendo las expectativas que se depositaron en él. Después de pagar 58 millones de euros por él, el Barça esperaba asegurarse un extremo de presente y futuro. Su primera temporada no fue del todo mala. Bajo la premisa de que tenía que adaptarse a la exigencia de un club de élite, el ex jugador del Leeds United no tuvo malos números. 10 goles y 12 asistencias, muchos de ellos para darle la victoria a su equipo.
Con la salida de Ousmane Dembélé, Raphinha tenía la misión de hacerse el dueño de la banda derecha blaugrana. Pero no ha sido el caso. Las lesiones, y la falta de trascendencia en ataque, lo han convertido en un jugador de rotación. Sus 4 goles y 7 asistencias no son suficientes para un jugador que espera ser titular en el Barça. El empuje de jugadores como Ferran Torres, que poco a poco ha ido sumando goles en partidos importantes, y Lamine Yamal, parecen haber condenado al brasileño.
Lamine Yamal ya es presente
La irrupción del joven extremo catalán puede dejar a Raphinha como principal víctima. La necesidad de reforzar otras posiciones y las urgencias económicas del club convierten al brasileño en un candidato claro para hacer caja. Klopp quiere extremos rápidos y habilidosos en el uno contra uno, habilidades que no posee el jugador de 27 años. Además, esta temporada ya ha sufrido dos lesiones que le han alejado de los terrenos de juego durante al menos un mes.
Con su venta, el Barça espera sacar 50 millones de euros. Un precio más que suficiente por un jugador que no cuenta en los planes del que podría ser el futuro entrenador del equipo. Con la variedad de atacantes que tiene la plantilla, el elegido para salir tiene que ser aquel que pueda dar un mayor beneficio económico. Bajo esta premisa, Raphinha puede estar viviendo su última temporada como culé.