El Real Madrid Castilla remonta de la manera más cruel ante el Barça Atlètic (3-0) para darle la vuelta al marcador favorable con el que los blaugrana llegaban a Madrid. Un gol de Carlos Dotor, un segundo de Iker Bravo y un penalti transformado por Sergio Arribas en el tiempo añadido han despertado al conjunto blaugrana del sueño del ascenso a Segunda División.
Carlos Dotor llega con la antesala del desastre
El conjunto merengue encaraba el duelo con desventaja en el marcador global después de caer en el Johan Cruyff en la ida (4-2), pero entraría con mejor pie en este partido y no tardaría en poner contra las cuerdas al combinado culé. La presión del Castilla estaba siendo asfixiante, los de Rafa Márquez no salían de campo propio y ha sido en este comprometido contexto cuando los hoy locales anotarían el primero.
Dotor, en una llegada de segunda línea marca de la casa, superaría a Astralaga con un gran cabezazo a centro de Álvaro Martín. El 1-0 no hacía más que afianzar la fe del equipo blanco que, alentado por un Di Stéfano lleno hasta la bandera, veía que el partido se inclinaba hacia la portería culé.
La ley del ex se cumple en el momento más delicado
El filial merengue ha acabado la primera mitad con mejores sensaciones que el culé, pareciendo más cerca del gol que consumaría la remontada que de encajar uno. No obstante, con el inicio de la segunda mitad, el conjunto blaugrana empezaría a carburar y en las botas de Estanis Perdola encontraría una oportunidad de oro para demostrar que quería estar en la final ante el Eldense. El '11' había estado muy desconectado durante la primera mitad, más pendiente de las provacacions de Pablo Ramón que no de ayudar a los suyos, pero después de una gran dejada de Moha Moukhliss, enviaría fuera una franca ocasión de gol.
Con la mejora culé, el Real Madrid ha bajado las revoluciones, y el partido ha entrado en un contexto mucho más igualado y de más contacto. Los sentimientos estaban a flor de piel, las tarjetas amarillas han empezado a condicionar el partido y, cuando mejor estaba el Barça, Iker Bravo. El santcugatense acababa de entrar al terreno de juego, que después de un gran centro de Gonzalo García, haría el 2-0 y el que significaba el gol que igualaba la eliminatoria.
La tensión en el Di Stéfano era palpable, pero Iker Bravo, excapitán del Cadete A del Barça, ha acabado de hacer estallar la grada madridista. No solo ha celebrado el gol ante su exequipo, sino que se ha golpeado el escudo, sacando pecho y acabando de llenar al Barça Atlètic de dudas. Y sería entonces cuando Alpha Dionkou, en un saque de esquina colgado al área, tocaría con la mano el balón, decretando el árbitro penalti a un suspiro del final del partido. Arribas, máximo goleador del filial merengue esta temporada, lo materializaría y, de esta cruel manera, despertaría al Barça Atlètic del sueño del ascenso a Segunda División.