El Real Madrid sucumbe al trepidante ritmo del Rayo Vallecano (3-2) y pierde tres puntos y el liderato de la Liga Santander en su visita a Vallecas.
Vallecas demuestra lo que vale un peine
Y es que Vallecas es de aquellos estadios que te lleva al límite y el Real Madrid, con Vinícius Júnior al frente, ha aceptado el reto. Balliu y compañía buscarían las cosquillas al habilidoso extremo, pero el brasileño permanecería frío a pesar de ver una tarjeta amarilla en el minuto 11. El Rayo de los grandes partidos ha surgido y, con un ritmo trepidante — tanto con balón como sin él — se ha puesto por delante en el marcador. Los movimientos automatizados del equipo de Iraola han salido a la palestra en el gol de Santi Comesaña en el 5'. Álvaro García ha aparecido dentro, desdoblamiento de Fran García para ganar línea de fondo, y centro de primeras que el pivote gallego materializaría en el primero del partido.
El ambiente infernal no había hecho más que aumentar al ver a los locales por delante en el marcador, pero Álvaro García podría haber acabado de desatar la locura cuando ha perdonado el 2-0 ante Thibaut Courtois. Gran parada del belga, pero imperdonable el extremo 'rayista', que tenía la opción de ceder a su izquierda para que Óscar Trejo marcara a placer.
Dos fogonazos del Real Madrid para seguir enchufado al partido
El Real Madrid aparentaba estar malherido y sin alternativas. Excepto un disparo desde la larga distancia de Fede Valverde, nada metería el susto en el cuerpo a una grada que no daría tregua. Con todo, y a pesar de no haber generado ocasiones de peligro, Marco Asensio se adentraría dentro del área, y sin querelo ni beberlo, penalti. Penalti que aceptaría el Rayo con condescendencia, ya que a pesar de haberse producido en una acción evitable, ha sido claro y Luka Modric no ha perdonado.
Con todo, el Rayo ha acabado de no dar crédito cuando, aunque el guion del partido lo seguía escribiendo el equipo de Iraola, Éder Militao remataría a gol un córner para hacer el 2-1 en el 41'. Las sensaciones se han enfriado y auguraban el desvanecimiento de una intensidad local que no había dado señal de resquicio en ningún momento. No obstante, un centro que la defensa merengue no conseguiría rechazar, caería a pies de Álvaro García para seguir enchufado con tres goles en tres partidos consecutivos. 2-2 y el Rayo volvía a creérselo.
Óscar Trejo no desperdicia la segunda oportunidad
En la reanudación, el Real Madrid dejaría de ir tan ahogado, pero la balanza seguiría decantada de parte del combinado franjirrojo y su insistencia acabaría dando sus frutos. En una de las posesiones de los merengues, recuperación y transición el Rayo por la vía rápida, que llegaría a Álvaro García, que salvaría la entrada de Dani Carvajal provocando que el balón le tocara en la mano. Nuevo penalti, este para el Rayo, que transformaría Óscar Trejo después de repetirlo. El propio Carvajal había entrado en el área antes del momento del golpeo del argentino y este no desperdiciaría la segunda oportunidad.
Todavía habría tiempo de una clarísima para Rodrygo, que después de un magnífico centro de Marco Asensio, rozaría el gol del empate en el 89'. El partido ya hacía bajada hacia la portería de Dimitrievski, pero los locales se cerrarían atrás para sobrevivir y quedarse con tres puntos que desde el minuto uno han merecido sobradamente.