La Supercopa de España es, a priori, una competición menor, un añadido secundario para el palmarés. Aún y así, el panorama cambia cuando en frente está el eterno rival, ya que un Clásico siempre es un Clásico. Sucedió el año pasado, cuando el título le dio alas al Barça, que atropelló a Real Madrid en un gran partido. Y ha pasado este domingo, cuando el equipo de Carlo Ancelotti se la ha devuelto al Barça, que llegaba a la competición con muchas dudas por su juego irregular. Y las malas sensaciones se han multiplicado después de la mala actuación blaugrana, que ha vivido un auténtico viacrucis. Y es que el Real Madrid no ha necesitado completar un partido memorable para destrozar a un Barça muy frágil en defensa e inoperante en ataque con un doloroso 4-1, una victoria en el que el gran protagonista ha sido Vinícius, autor de un hattrick que, además, ha forzado la expulsión de Araujo.

Con la lesión de Raphinha en las semifinales contra Osasuna, la gran duda era ver si Xavi mantenía el 4-3-3 situando en el once a Joao Félix o a Lamine Yamal, o si pasaba a un 4-4-2, para fortalecer el centro del campo, y la respuesta ha sido la segunda opción, sustituyendo la baja de Raphinha con la entrada de Pedri. El resto del equipo ha sido el mismo que el de las semifinales, aunque con Araujo en el lateral derecho y Koundé en el eje, junto a Christensen, como ya es habitual en los Clásicos. En el centro del campo, junto a Pedri, han jugado De Jong, Gündogan y Sergi Roberto, con Ferran Torres y Lewandowski como jugadores más adelantados. Ancelotti, por su parte, ha cambiado al portero, ya que Lunin ha sustituido a Kepa, muy cuestionado por su error en el partido contra el Atlético de Madrid. El otro cambio ha sido la entrada de Kroos por Modric. El resto del equipo, el mismo que el del miércoles, con Carvajal y Mendy en los laterales, Nacho y Rüdiger en el eje defensivo, Tchouaméni, Bellingham y Fede Valverde en el centro del campo; y Rodrygo y Vinícius en la zona ofensiva.

Vinícius Júnior, celebrando un gol en el Clásico de la Supercopa de España / Foto: EFE

El Madrid castiga la fragilidad blaugrana

El inicio del partido del Barça ha sido calamitoso. Xavi ha planteado un equipo con las líneas muy juntas, con la defensa muy adelantada, para asfixiar al centro del campo del Real Madrid, una autopista a la espalda de los centrales que los blancos han castigado con virulencia. En el minuto 7, Bellingham ha hecho un pase al hueco que ha llegado a los pies de Vinícius gracias a un error de Koundé, que ha medido muy mal. El brasileño ha encarado a Iñaki Peña, que también ha fallado, al salir tarde, lo ha regateado y ha marcado a portería vacía. Solo un minuto después, Iñaki Peña he evitado el 2-0, al desviar un gran disparo de Rodrygo, pero el Real Madrid ya no ha perdonado en la siguiente. Pase al espacio de Bellingham para Rodrygo, que gana la línea de fondo y centra para que Vinícius marque a placer. En solo 10 minutos, el Real Madrid había desarbolado al Barça, que aún y así ha estado muy cerca de marcar acto seguido, en una volea de Ferran Torres que se ha estrellado en el larguero (12').

A partir de este momento, el panorama ha cambiado. El Real Madrid se ha bajado las líneas y se ha dejado dominar. El Barça se ha hecho con el balón y ha empezado a atacar, aunque la sensación es que cualquier recuperación blanca podía ser sinónimo de peligro. El Barça lo ha intentado en el minuto 27, con un disparo demasiado centrado de Ferran Torres que ha desviado Lunin con los pies. Y en la siguiente ha llegado el gol, en una impresionante volea de Lewandowski desde la frontal del área (33'). Parecía que el Barça había igualado la situación y que la remontada era posible, pero entonces ha llegado la acción polémica. Vinícius cae dentro del área por un ligero agarrón de Araujo y Martínez Munuera pita penalti. Curiosamente, el mismo árbitro ya protagonizó una polémica similar en el Clásico del Camp Nou del 2020, cuando se inventó un penalti de Lenglet sobre Sergio Ramos. Vinícius no ha desaprovechado el regalo para marcar el tercer y completar su hattrick (39'). Y justo antes del descanso ha podido marcar el Barça, en un disparo de Pedri que se ha ido fuera por muy poco.

Martínez Munuera, amonestando a Araujo por el dudoso penalti sobre Vinícius / Foto: EFE

Rodrygo completa la pesadilla

En la segunda parte, el Barça ha salido al ataque, en busca de la remontada, y más cuando Xavi Hernández ha puesto toda la carne en el asador con la entrada de Fermín López, Lamine Yamal y Joao Félix. El intento de recortar las distancias, sin embargo, ha caído en saco roto de nuevo por la fragilidad del Barça en defensa, una falta de contundencia preocupante. Fede Valverde se va por velocidad de Christensen y hace un cambio de juego para Vinícius, que centra para Bellingham. El pase no es bueno y permite el despeje de Koundé, que inexplicablemente deja el balón muy corto, a pies de Rodrygo, que marca con facilidad (64'). Y por si la remontada ya no era poco más que un imposible, el final definitivo se ha producido en el minuto 71, cuando Araujo ha sido expulsado al ver la segunda tarjeta amarilla por una entrada a destiempo sobre Vinícius.

Con 20 minutos por delante, el Real Madrid ha ido con todo, a hacer sangre, a buscar un quinto gol que siempre tiene un algo especial en los Clásicos. Y lo ha estado cerca de conseguir en el minuto 79, en una triple ocasión seguida de Brahim Díaz, Bellingham y Fede Valverde. También ha podido marcar Joao Félix, que ha visto como Lunin despejaba su disparo.