El Girona ha ganado en el Santiago Bernabéu (1-2) en una mañana que pasará a la historia. Los de Eusebio Sacristán han revivido en el mejor momento y lo han hecho en un escenario de altura. Después de 10 jornadas sin conocer la victoria, los rojiblancos vuelven a sonreír y se alejan 4 puntos del descenso. En Madrid el terremoto es mayúsculo: los de Solari quedan a 9 puntos del Barça y se despiden de la Liga.
La debilidad de siempre
El patrón del partido que se ha visto en el Santiago Bernabéu ya nos lo conocíamos. El Girona ha saltado al terreno de juego con valentía y cargado de buenas intenciones, pero su falta de contundencia defensiva la ha vuelto a condenar.
Para encontrar resultados diferentes hay que buscar soluciones nuevas. Eso es lo que debe haber pensado Eusebio, que en un escenario como el estadio del Real Madrid ha decidido abandonado la defensa de cinco con carrileros para apostar por un 4-1-4-1. Con este sistema, el técnico vallisoletano ha intentado castigar la espalda de Marcelo y Álvaro Odriozola con Portu y Pedro Porro, pero lo cierto es que el plan no ha salido del todo bien.
Aunque el Madrid ha acusado al partido de Champions League en Ámsterdam y ha empezado con dos marchas menos, muy pronto los de Solari se han puesto por delante en el marcador. Lo han conseguido gracias a una centro de Toni Kroos que Casemiro, con mucha facilidad, ha enviado al fondo de la portería de Bono. Lucas había avisado dos minutos antes, pero el brasileño no ha perdonado. Un día más, el Girona concedía ocasiones mostrando una falta de solidez defensiva alarmante.
La necesidad de sumar puntos no ha despertado a los hombres de Eusebio, que después del gol se han mostrado anestesiados. Sólo Cristhian Stuani ―el de siempre― ha ofrecido resistencia con un obús que ha provocado una buena parada de Courtois.
Dos goles para la historia
El inicio de la segunda parte ha podido ser trágico, pero el Girona ha sobrevivido. Eusebio no ha querido esperar y ha dejado en el vestuario a Porro y Pere Pons, que han dejado su lugar al Choco Lozano y Aleix García. Quizás por los cambios o quizás por el pánico escénico, lo cierto es que el equipo rojiblanco ha podido recibir varios goles, pero Benzema ha mostrado su peor cara y ha perdonado la sentencia.
Así, con el paso de los minutos, el Girona ha empezado a despertar y la alegría no ha tardado en llegar. Primero Aleix ha fallado la ocasión más clara de su carrera, pero sólo cuatro minutos después, en el 63, Stuani ha empatado el partido. Lo ha conseguido desde el punto de penalti después de que Sergio Ramos desviara con la mano un remate de Douglas que entraba en su portería. 13ª diana del uruguayo en la Liga y 14º penalti que transforma de manera consecutiva el campeonato doméstico.
La locura rojiblanca, sin embargo, no había acabado. Diez minutos después del gol de Stuani, ha llegado la segunda diana del Girona, esta vez obra de Portu. Courtois ha detenido un remate cruzado del Choco ―que ha revolucionado el partido―, pero el murciano ha aparecido al segundo palo para conseguir un gol histórico.
Los últimos minutos han sido de infarto: Choco ha podido hacer el tercero y Bale ha tenido una ocasión clara para empatar, pero Bono, un día más, ha salvado a su equipo.