El Real Madrid tropieza contra el Betis en su visita al Benito Villamarín (0-0) para volver a ceder terreno al Barça en la cabeza de la Liga Santander. De esta manera, el conjunto blanco se queda a nueve puntos de un Barça que este domingo ha hecho los deberes contra el Valencia (1-0).

Ritmo trepidante; Vinícius, desactivado

El Real Madrid empieza a acostumbrarse a los planteamientos de doble lateral. En el día de la derrota en Mallorca, el conjunto 'bermellon' tuvo como única misión desactivar a Vinícius y, con Pablo Maffeo de pareja de baile del brasileño y Giovanni González como segundo escollo, Javier Aguirre lo consiguió. Esta noche, Pellegrini planteaba el mismo entramado para un 'Vini', que, con el permiso de Benzema, viene siendo el factor diferencial de los merengues desde ya hace tiempo.

Aitor Ruibal, exterior por banda derecha, sería el escudero de un Sabaly que tenía hoy la difícil misión de bregar con Vinícius. Ciertamente, los heliopolitanos conseguirían aislar al extremo de Sao Gonçalo en varios tramos del duelo, pero escurridizo como siempre, el '20' del Real Madrid haría cundir el pánico con sus carreras por el flanco izquierdo.

Vinícius, marchante de Ruibal durante el Betis - Real Madrid / Foto: EFE

No obstante, cuando 'Vini' se ausenta de sus habituales cometidos, su socio Rodrygo es quien le recoge al testigo. El ex del Santos, fundamentándose en su química con Benzema, ha sido quien ha estado más cerca de romper la telaraña defensiva local. De hecho, en una de las paredes a velocidad de vértigo entre brasileño y francés, Rodrygo recibiría una falta que Benzema enviaría al fondo de la red. Su disparo destilaba precisión, pero ha sido gracias a un toque en la mano de Antonio Rüdiger que su balón alcanzaba la esquina de la portería de Bravo. Es decir, gol anulado.

Segunda parte, segundo escenario

La primera mitad ha pendido de un hilo. La igualdad entre ambos equipos era máxima, distribuyéndose las oportunidades en las dos porterías y obligando a Bravo y a Courtois a lucirse. Con todo, cuando ha empezado la segunda mitad, se ha dado paso a otro escenario. Cuando Guido, William Carvalho y sobre todo Rodri han conectado, el Betis ha practicado un fútbol que ha hecho las delicias del Villamarín.

Rodri, en plena conducción entre Tchouaméni y Rüdiger durante el Betis - Real Madrid / Foto: EFE

Con todo, a medida que el partido encaraba su recta final, las piernas han empezado a pesar y los locales han bajado el ritmo. El Real Madrid empezaba a ahogar al Betis y la afición, como durante los 90 minutos, ha tratado de otorgar aquel plus a los suyos para sacar sus fuerzas de flaqueza.

La intensidad física vendía siendo tremenda, pero el Real Madrid no encontraba el gol de ninguna de las maneras. Tampoco lo haría Rodrygo en una ocasión clarísima en la que Fede Valverde le propondría un centro al corazón del área pequeña que el brasileño no acertaría en rematar entre los tres palos. El Betis acabaría el tiempo reglamentario sin tener ocasiones claras, pero el Real Madrid solo ha tenido una de manifiesta y, desde aquella, el empate ya era inevitable.