El viernes pasado, después de que el Barça empatara en Sevilla, Gerard Piqué afirmó que sería muy difícil ganar la Liga. El central catalán, con su sutil ironía, hacía referencia a las ayudas arbitrales que el Real Madrid ha recibido esta temporada. Excusas de mal pagador, pensaban algunos.

Dos días después, el equipo blanco ha firmado una de las victorias más polémicas de los últimos años en el fútbol español. Quien quiera creer en conspiraciones arbitrales tiene motivos para hacerlo. En Anoeta, los de Zinedine Zidane han derrotado a la Real Sociedad (1-2) con goles de Sergio Ramos y Karim Benzema y han recuperado el liderato de la Liga. Pero no lo han hecho de cualquier manera. Pónganse cómodos, esta es la crónica de una conjura de errores más que sospechosa.

Casemiro, expulsión perdonada

La Real Sociedad no ocupa posiciones de acceso a Europa por casualidad. El conjunto de Imanol Alguacil es uno equipazo y, tal como es tradición en San Sebastián, apuesta por el juego de toque. Este domingo la medular la han conformado Igor Zubeldia, Mikel Merino y Martin Odegaard, de manera que los pelotazos han brillado por su ausencia.

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Sin embargo, el Madrid vive un buen momento de forma y, en el primer tiempo, ha puesto de manifiesto su superioridad sobre el césped. Mientras los vascos intentaban buscar contraataques de manera infructuosa, los de Zidane, guiados por un Vinícius especialmente incisivo, han dispuesto de un par de ocasiones claras para marcar. La primera, en el minuto 34, cuando Benzema ha recibido dentro del área y ha puesto a prueba a Alex Remiro con la izquierda. La segunda, justo antes del descanso, cuando Vinícius se ha deshecho de Andoni Gorosabel -a quien ha hecho volver loco durante todo el partido- y lo ha probado con el interior.

El detalle determinante del primer tiempo, en cualquier caso, ha sido una falta de Casemiro que solo se ha saldado con una amarilla. El mediocampista brasileño ha propinado un codazo a Merino que, para ser francos, merecía la roja. El asalto blanco, Piqué se lo imaginaba, solo acababa de empezar.

Decisiones incomprensibles

Lo que el central blaugrana no sabía, sin embargo, es que en la segunda parte el Real Madrid recibiría regalos todavía más suculentos del estamento arbitral. En el minuto 50, Vinícius se ha vuelto a internar en el área con una serie de driblings fantásticos, pero cuando ya no tenía nada que hacer, ha caído y el árbitro ha señalado penalti de Diego Llorente. Las imágenes demuestran que el contacto ha sido mínimo, insuficiente para señalar pena máxima. El VAR, sin embargo, no se ha opuesto. Ya lo saben, la teoría dice que el contacto es subjetivo y que, por lo tanto, no hay que intervenir. En cualquier caso, Sergio Ramos no ha fallado desde los once metros.

Seguimos. Tras el gol, Ramos se ha lesionado con un choque con Isak. Zidane ha movido ficha y Alguacil también. Su apuesta ha sido Adnan Januzaj, quién, nueve minutos después de entrar en el terreno de juego, ha enviado la pelota al fondo de la portería de Courtois con un obús desde fuera del área. El belga ha firmado un golazo, pero Estrada Fernández, incomprensiblemente, ha interpretado que Merino había intervenido a la jugada. Surrealista, porque el mediocampista no se ha tenido ni que apartar para dejar pasar la pelota.

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Y entonces, dos minutos después, gol de Benzema. Después de ayudarse con el brazo, claro está. El francés ha recibido dentro del área, ha bajado la pelota con la parte superior de su bíceps y ha batido Remiro. Estrada se lo ha pensado, pero el veredicto ha sido desesperante: pelota en el centro del campo, el gol es legal. Benzema ha señalado la parte del cuerpo con la que ha tocado el esférico, queriendo dejar claro que no había cometido una infracción. La parte que se ha tocado, sin embargo, ha sido el brazo.

Del resto de partido se puede decir poca cosa. La Real, desquiciada pero herida en el orgullo, ha encontrado el 1-2 en el minuto 84 gracias a Mikel Merino, que ha batido Courtois en una jugada imposible de anular. Menos mal. Después, los de Alguacil han buscado el empate, pero el Madrid se ha defendido con acierto y ni siquiera han dispuesto de ocasiones claras.

En cualquier caso, el gol del centrocampista no ha servido para nada en clave vasca. Y en clave culé tampoco. El Madrid recupera el liderato y carga de razones a Piqué. Esta Liga será muy difícil de ganar.