El Barça se lo debía. Después del bajo golpe encajado en Turín el pasado año, las blaugrana se debían volver a ser las reinas de Europa y desde Eindhoven han reanudado su mandato. Lo han hecho mediante un ejercicio de estoicismo, porque si bien volvía a encajar un gol justo empezar el partido y veían su desventaja duplicada al borde del descanso, han conseguido darle la vuelta al marcador a base de corazón.
En tiempo de descanso, el electrónico del Philips Stadion reflejaba un 0-2 que superaba la peor de las pesadillas de cada una de las almas culés desplazadas a la ciudad neerlandesa, pero con el inicio de la segunda mitad, el mismo FC Barcelona, esta vez con una actitud mucho más firme, ha conseguido una espectacular remontada para escribir su nombre de nuevo en la historia de la Women's Champions League (3-2).
Las reinas de Europa... y de las redes
Después de encajar el segundo gol del partido, las lágrimas de Alexia reflejaban el "no puede ser que nos vuelva a pasar" que toda una afición temía. El Barça se veía superior. Lo hacía antes del partido, lo estaba demostrando sobre el césped y el marcador había sido tergiversado por un error propio y un contragolpe materializado por Popp.
No obstante, las futbolistas culés han creído en la causa que las había llevado hasta donde han llegado para conquistar, no solo Europa de nuevo, sino los corazones de todo el mundo que ha sido testigo de la remontada. El primero en reaccionar ha sido Gerard Piqué a través de Twitter, pero también han querido acordarse de las campeonas Pedro Sánchez y Jordi Évole, este último, con el "Un dia de partit" que por momentos trasladaba a las jugadoras culés al Spotify Camp Nou.
Aitana Bonmatí: "Se trata de creer y de competir hasta el final"
En todo momento, el Barça ha sido un bloque. Tanto para lo bueno como para lo malo. Aitana Bonmatí, que ni mucho menos ha tenido su mejor partido, ha sido la imagen del equipo. El nerviosismo de la momentánea derrota en la primera mitad no le ha permitido hacer carburar el motor blaugrana, pero en la segunda — aunque le ha costado destensarse — ha sido una de las principales guerreras del equipo, arremangándose, bajando al barro y jugándose el tipo en más de una ocasión.
Al acabar la final, ya con el alivio en el pecho y el trofeo en el bolsillo, ha vuelto a clavar lo vivido: "Estoy sin voz. Nos lo merecíamos. Los partidos duran 97 minutos, en este caso. Se trata de creer y competir hasta el final. Las sensaciones de este año eran muy diferentes del anterior. Estábamos llegando y nos faltaba el gol. El equipo estaba muy mentalizado de que lo podía hacer. Somos un equipo ganador y lo hemos conseguido. Nuestra afición ha demostrado que son imparables", ha concluido.