Leroy Sané y Julian Nagelsmann parecen tener una relación bastante mala y deteriorada. Así se pudo ver en el último partido que el Bayern de Múnich disputó contra el Bochum, y que acabó con una cómoda victoria por tres goles a cero. Pese a ser un choque muy asumible, la actuación del internacional alemán dejó mucho que desear, y provocó que acabara siendo sustituido en el segundo tiempo, marchándose con cara de pocos amigos.
Se fue directamente al vestuario, y ni siquiera saludó al técnico ni a los jugadores que estaban en el banquillo. Al parecer, como han informado en varios medios, está cansado de no ser intocable, y de tener que conformarse con un rol secundario. Y no es el único futbolista que no puede ni ver al exentrenador del Hoffenheim y del RB Leipzig, pues en las últimas semanas también se ha filtrado que Jamal Musiala y Manuel Neuer no lo soportan.
Esto ha hecho que el extremo de 27 años comience a plantearse su futuro. Las cosas no han ido como se esperaba desde que llegó al Allianz Arena, y ha sido incapaz de consolidarse como una de las estrellas del equipo, siendo constantemente cuestionado y criticado. Y su agente poco ha tardado en reaccionar ante el descontento de su cliente, iniciando las conversaciones con otros conjuntos, aprovechando que sigue siendo un crack muy interesante.
Una de las entidades que ha recibido la llamada del representante de Sané es el Real Madrid. Florentino Pérez busca nuevos refuerzos para la parcela ofensiva, y ha aparecido la opción de firmar al futbolista del Bayern, que llegó a ser considerado como uno de los mejores del planeta cuando todavía militaba en las filas del Manchester City. Los ojeadores le conocen a la perfección, pues empezaron a observarle desde que era un adolescente, y empezó a brillar en el Schalke 04.
Tienen la oportunidad de firmarle, si bien deberían de negociar con la directiva bávara, al tener contrato hasta 2025.
¿Cuál sería el precio de Sané?
Si finalmente el Madrid se decide a probar suerte e intentar llevarse a Sané, habría que ver cuál es el precio que exigen desde Múnich, considerando que pagaron unos 50 millones de euros hace casi tres años. No se conformarían con menos, y no harían ningún tipo de regalo.
Otra cosa que habrá que valorar es la opinión de Carlo Ancelotti, que quizás prefiere que se fijen en otro atacante que tenga más regularidad y sea de otras características.