El Girona vuelve a verse las caras con el empate y queda al borde del descenso de la Liga Santander. A pesar de los buenos tramos de juego de los rojiblancos, Osasuna ha aprovechado un despiste defensivo en la primera mitad que ha acabado traduciéndose en un empate que no les deja tan mal sabor de boca como a los locales.
El querer de Osasuna y la pizarra del Girona
Venir de cinco partidos sin conocer la victoria nunca es buena noticia, pero si el Girona no tiene muchas facilidades para encontrar la vía hacia el gol, tampoco está mostrando seguridad atrás. 18 goles encajados en 11 encuentros se traducen en más gol y medio encajado por partido. Hoy, Osasuna abriría la lata, nuevamente, por la falta de contundencia de la retaguardia gerundense. Lo haría Kike Barja con un disparo inapelable para el hoy titular Gazzaniga. Comba dirigida directamente a la escuadra que poco pie daría a la respuesta del argentino, pero el artífice del primero del partido marcaría robándole la cartera a un Yan Couto muy blando en el cuerpo a cuerpo. El querer del navarro desharía la igualada inicial, mientras que la pizarra del Girona la volvería a equilibrar con un gol calcado al que le otorgó la victoria contra el Valladolid.
Falta lateral que, como de costumbre, serviría Aleix Garcia, prolongación de una de las armas más potentes en el juego aéreo del Girona y, hoy, remate final de David López para restablecer el empate en el electrónico de Montilivi. Los locales, sin embargo, han ido a remolque de un Osasuna insistente que, durante buena parte de la primera mitad, dominaría la posesión asumiendo el peso del partido. Sea como sea, excepto una clarísima que desaprovecharía Nacho Vidal después de un gran centro de Moi Gómez, poco trabajo para Gazzaniga.
Només una per a Stuani...
El paso por vestuarios serviría a los locales para despertar. Míchel estimularía los suyos, dando la vuelta a la tortilla y recuperando, como le gusta, el control del partido con sus hombres muy cerca entre sí. Daría entrada a Valery para ser más incisivo por el flanco izquierdo y a Roro Riquelme para fomentar el juego entre líneas. De hecho, el madrileño dejaría detalles de su calidad, pero estaría demasiado intermitente como para dar soluciones a los suyos.
Con todo, Osasuna daría el paso adelante para recuperar el terreno que el conjunto catalán le había comido y, poco a poco, cerraría al conjunto rojiblanco en su mitad de campo. El Girona buscaba respuesta a hipotéticas jugadas a balón parado en la figura de un Stuani que ha entrado en la recta final del enfrentamiento. El escenario estaba dibujado en la cabeza del técnico, pero el Girona solo disfrutaría de una ocasión que el uruguayo no podría materializar ante la gran salida de Sergio Herrera. El partido acabaría en un empate que no deja de tener sabor mucho más dulce para el combinado de Jagoba Arrasate. Osasuna campa en una privilegiada séptima posición y los gerundenses en el umbral del descenso sin depender de ellos mismos para acabar la jornada 11 en las posiciones rojas de la clasificación.