Xavi Simons fue uno de los nombres que estuvieron en la agenda del Barça durante el verano. Se especuló muy seriamente acerca de su regreso, aprovechando que finalizaba contrato con el Paris Saint-Germain en el mes de junio, y no tenía intención de renovar. Estaba cansado de las pocas oportunidades que le garantizaban en el primer equipo, así que optó por rechazar todas las propuestas que Nasser Al-Khelaïfi le hizo para renovar.
Esto despertó el interés de Joan Laporta y de Mateu Alemany, que no se lo pensaron dos veces a la hora de ponerse en contacto con el internacional neerlandés. Sin embargo, no fue posible llegar a un acuerdo, por dos razones de peso. La primera es por las elevadas pretensiones económicas que tenía, y la segunda, porque Xavi Hernández no le garantizaba minutos ni continuidad. De hecho, la idea es que tuviera ficha del filial.
De manera que el prometedor futbolista de tan solo 19 años acabó descartando su aterrizaje en el Camp Nou, después de recibir la oferta del PSV Eindhoven, que sí le prometía todo lo que solicitaba. Y el tiempo ha dado la razón al crack nacido en el año 2003, que por fin ha logrado dejar atrás el cartel de gran promesa, y convertirse en una realidad. Porque se ha asentado como una pieza clave, y ha mostrado un rendimiento sensacional en la Eredivise.
Los 16 goles y las ocho asistencias que acumula entre todas las competiciones así lo acreditan, unos números escandalosos, que han provocado que Simons sea uno de los jugadores más cotizados del continente. Estuvo en el Mundial de Qatar, aunque no tuvo prácticamente oportunidades, y en el Barça se arrepienten de no haberlo firmado cuando tuvieron la oportunidad. Pero de nuevo han comenzado a pensar en repatriar a una de las grandes perlas de La Masía, que no consiguieron retener en su momento.
Vuelve a sonar con fuerza para vestir de azulgrana, pero en esta ocasión, para ponerse a las órdenes de Xavi, y ser una pieza valiosa.
Simons, de visita en Barcelona
Y la reciente visita de Simons a Barcelona, para pasar tiempo junto a su gran amigo Alejandro Balde, con quien compartió vestuario en las categorías inferiores, ha provocado que los rumores vuelvan a ganar fuerza.
Si mantiene esta progresión, Laporta no lo dudará a la hora de intentar que aterrice en el Barça, aunque para ello sea necesaria una inversión aproximada de 30 millones de euros como mínimo.