Los Juegos Olímpicos de París 2024 mantienen vivas las polémicas hasta el último día. Hoy le ha tocado a la gimnasia, con una situación que ha molestado a mucha gente desde el primer momento. Jordan Chiles, gimnasta de los Estados Unidos, ganó la medalla de bronce en el ejercicio del suelo, acompañando a Rebeca Andrade y Simone Biles en el podio. Hoy, 5 días después de finalizar la competición, los jueces de la prueba se la han retirado y la han otorgado a la rumana Ana Barbosu.
Pero la polémica de esta situación no ha empezado ahora, sino que ya dio a hablar el mismo día de la prueba. Y es que hasta tres gimnastas se han visto envueltas en la lucha por el bronce, con varios cambios en las decisiones del jurado. En un primer momento, era Barbosu quien acababa en tercera posición. Después, su compatriota, Sabrina Voinea, pudo quitarle el sitio con una reclamación. Pero nunca lo hizo. Quien sí que lo hizo, con otra reclamación, fue Chiles, que se llevó el bronce en casa ante la perplejidad de la rumana. En el último día de los Juegos, la medalla ha vuelto a su primera propietaria. Os explicamos qué ha pasado.
Los ejercicios de cada una
Ana Barbosu fue la primera de las tres realizar su ejercicio, en el que se valora la dificultad, la realización y las posibles penalizaciones por salir del cuadrilátero. Su puntuación fue de 13.700, con la cual se ponía en tercera posición. Enseguida salió Sabrina Voinea, compañera de selección de Ana, que acabó con la misma puntuación, con la única diferencia que su ejercicio tenía más nota de dificultad, pero menos de realización, y las dos tenían una penalización de 0,100 por haber sacado un pie fuera de los límites. En caso de empate, la gimnasta con más nota de ejecución es quien gana. Por lo tanto, Barbosu continuaba tercera. En última posición salió la norteamericana, Jordan Chiles. Su puntuación final fue de 13.666, en quinta posición. Por lo tanto, Ana Barbosu se aseguraba el bronce, Voinea acababa en cuarta posición y Chiles, una por debajo.
Las primeras reclamaciones
En estas competiciones, los entrenadores de las gimnastas pueden hacer reclamaciones para cambiar la puntuación de dificultad y las penalizaciones. Tienen 3 minutos para hacerlo una vez acabado su ejercicio y antes que empiece la siguiente participante, excepto en el caso de la última (en este caso, Chiles), que solo tienen 1 minuto para hacerlo. Los jueces valoran el ejercicio en directo, sin ver repeticiones, así que a veces se equivocan sin querer. Por eso se permiten estas reclamaciones.
La primera que pudo cambiar el transcurso de la entrega de medallas fue Sabrina. La penalización que le habían puesto por sacar un pie fuera de la pista era errónea, ya que en las repeticiones se ve claramente como en ningún momento pisó. Y así lo apuntaba en X la leyenda de este deporte Nadia Comăneci, también rumana, que luchaba por sus deportistas.
El problema es que el equipo de Sabrina no lo vio, y nunca realizó esta reclamación. La puntuación justa para ella habría sido 13.800, con la que habría conseguido la medalla, pero eso ya a nadie lo puede cambiar. Por otra parte, los entrenadores de Jordan Chiles también vieron una oportunidad de conseguir el metal. Según su interpretación, la puntuación de dificultad que le habían puesto no era correcta, porque no le habían contado un Gogean, lo que le sumaría 0.100 a la puntuación final, poniéndola con 13.766 y otorgándole el bronce.
La reclamación fue hecha y, mientras Barbosu ya celebraba su medalla, los jueces aprobaron la solicitud del equipo americano. El videomarcador anunció la decisión ante la incredulidad de la gimnasta rumana en una imagen que dio la vuelta al mundo.
Violencia en las redes y una decisión polémica
Los siguientes días, las redes se llenaron de odio en contra de Chiles, acusándola de haber hecho trampas y de tener mano dentro del equipo de jueces. Se lanzaron miles de amenazas y ataques racistas hasta el punto que la gimnasta colgó un post a Instagram diciendo que se marchaba de las redes sociales durante un tiempo para cuidar su salud mental.
En medio de todo el alboroto, el equipo de jueces de la final todavía ha hecho más grande la llama. 5 días después de entregar las medallas, ha retirado su decisión porque, según dicen, la reclamación de los entrenadores no estuvo dentro del límite de tiempo. Lo hicieron 4 segundos tarde, así que los jueces no deberían haberla valorado ni darla por válida. Cuando todo parecía haber acabado, Chiles se queda sin medalla y Barbosu recupera la sonrisa. Pero, ahora, quien se lleva las acusaciones de racismo es la organización de los Juegos. Lo peor de todo es que, con tanta polémica, nadie ha quedado completamente contento.