Roman Zozulia llegó a Sevilla el pasado agosto para fichar por el Real Betis. Venía con la maleta cargada de ilusiones, como un día dijo César Luis Menotti al ser contratado por el Barça. Pero no imaginaba que su vida se iba a convertir en una amarga pesadilla. Desconocía este goleador de Ucrania, de 27 años, internacional por su país, que lo que él pensaba iba a ser un mundo feliz resultó ser lo más parecido a un infierno.
No sabía Zozulia que su vestimenta al aterrizar en Sevilla iba a marcar su carrera. Llevaba una camiseta con el escudo de su país y un verso del poeta y pintor más importante de Ucrania, Taras Shevchenko (1814-1861).
Un periodista y un medio andaluz calificaron inmediatamente a Zozulia de tener una ideología neonazi porque además del escudo y el poema de Shevchenko también descubrieron unas imágenes del jugador con el Ejército de su país, y alguna imagen de una organización militar en la que se puede observar una bandera nazi y a la que supuestamente Zozulia ha apoyado.
Acusado de ideología neonazi
El jugador negó cualquier vinculación con grupos neonazis y el Betis obligó al medio a quitar la noticia. Pero el daño ya estaba hecho. El presunto apoyo a las fuerzas malas ya había volado por las redes sociales, ávidas en reproducir todo sin cumplir una de las leyes principales del periodismo que dice que todo hay que contrastarlo.
Pero la peor vivencia de Zozulia llegó con el invierno. El Betis lo cedió al Rayo Vallecano, y otra vez, ilusionado, el jugador llenó su maleta de ilusiones, pero cuando llegó a Madrid encontró una pancarta:
“Vallekas no es lugar para nazis”.
Carta a la afición del Rayo
Zozulia había hecho una carta a la afición del Rayo en la que reconocía que “he realizado una importante tarea en Ucrania, colaborando con el Ejército para proteger a mi país, además de ayudar a los niños y a los más desfavorecidos”, al mismo tiempo que negaba vínculo o apoyo alguno a grupos neonazis.
No aguantó los insultos y regresó a Sevilla, pero con el Betis tampoco podía jugar ya al agotar el número de inscripciones en una temporada.
Todos somos Zozulia
La plantilla del Betis defendió al jugador en un comunicado leído por Joaquín, mientras un concejal de Podemos en Sevilla decía que los jugadores del Betis le daban asco por defender al ucraniano. Y el domingo pasado el Betis saltó al campo con una camiseta en la que se podía leer: “Todos somos Zozulia”.
El presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas, anunció que presentaría una querella contra los hinchas del Rayo que expresaron públicamente insultos y amenazas al jugador ucraniano. Hace unos días su representante dejó la puerta abierta a una vuelta al Rayo siempre y cuando los hinchas pidan disculpas a Zozulia. Y la Federación de Fútbol de Ucrania ya le ha prometido un puesto de ejecutivo en la directiva.
Lector deTaras Shevchenko
Ya sabemos que España es el único país donde algunos malévolos confunden a un nacionalista o independentista con un neonazi, y, en algunos casos sucede lo contrario. Pero resulta difícil imaginar y creer que un hombre, como Roman Zozulia, que va por el mundo con una camiseta con un verso de Taras Shevchenko, llamado el apóstol de la independencia de Ucrania, cuya obra se estudia en todos los colegios de su país y fue traducida a más de 100 idiomas, y que defendió los derechos humanos de la mujer y apoyó la libertad, sea un neonazi, cuando su perfil y la historia de su país lo acercan más a un devoto nacionalista, a un futbolista a favor de la independencia de su país.