La llegada de Rúben Amorim al banquillo del Manchester United ha supuesto un revulsivo inmediato en los planes del club inglés. El técnico portugués, conocido por su estilo dinámico y exigente, busca apuntalar su defensa de cara al mercado invernal, y su objetivo principal es Andreas Christensen, actual jugador del FC Barcelona.
A pesar de que el central danés se encuentra recuperándose de una tendinopatía tras una minicirugía, Amorim confía plenamente en su calidad y experiencia. La intención del Manchester United es clara: ficharlo a coste cero en enero, una operación que aliviaría las tensiones salariales del Barça mientras permite a los "red devils" reforzar una defensa que ha mostrado carencias esta temporada.
Christensen, en el radar de Old Trafford
El Manchester United atraviesa un momento de transición. Tras la destitución de Erik ten Hag, el club busca redefinir su identidad bajo el mando de Amorim, y la llegada de Christensen encaja perfectamente en esta nueva etapa. Con 28 años, el danés cuenta con experiencia en grandes escenarios, tanto con el Chelsea como con el Barcelona, y su capacidad para liderar desde la zaga es justo lo que Amorim necesita para consolidar su sistema defensivo.
El Barça, por su parte, podría ver con buenos ojos la salida del danés si se concreta en términos favorables para el club. Aunque Christensen ha demostrado ser una pieza importante en la defensa azulgrana, su alto salario, unido a los problemas económicos que atraviesa la entidad, hace que su marcha sea una opción viable, sobre todo si el United ofrece cubrir su ficha en su totalidad.
Amorim no tiene dudas: quiere al danés en enero, aprovechando su periodo de recuperación para adaptarlo a su esquema táctico. Sin embargo, la decisión no será sencilla, ya que la baja de Christensen debilitaría una defensa que no cuenta con demasiadas alternativas.
Oportunidad de mercado o riesgo para el Barça
El principal atractivo para el Manchester United radica en la posibilidad de incorporar a Christensen sin coste de traspaso, lo que permitiría a los ingleses centrarse en reforzar otras posiciones durante el mercado de invierno. En cambio, para el Barça, la operación supondría un arma de doble filo: por un lado, un alivio financiero; por otro, una pérdida deportiva difícil de suplir.
Mientras el central continúa con su proceso de recuperación, la situación se mantendrá en el aire. Christensen estaría disponible a finales de enero, justo a tiempo para incorporarse a un nuevo proyecto si las negociaciones entre ambos clubes prosperan.
Con Amorim decidido a construir un equipo competitivo y el Barça valorando todas las opciones para equilibrar sus cuentas, la operación Christensen promete convertirse en uno de los grandes movimientos del mercado invernal. ¿Será Old Trafford su próximo destino? Todo apunta a que el United moverá ficha en los próximos días.