El Valencia, desde la llegada de Peter Lim, destaca por su inestabilidad. El singapurense, a su llegada, prometió invertir y hacer un equipo de Champions para poder luchar por conquistar la máxima competición europea, pero las palabras se las lleva el viento, y esas promesas han acabado siendo papel mojado. Porque si por algo ha destacado el mandato de Lim es por los continuos problemas de la entidad valencianista, que ha ido devaluándose conforme han pasado los años, incapaz de afianzarse en Europa, donde siempre ha estado históricamente.
Los murciélagos han llegado a coquetear con el descenso, en la anterior temporada, y este año Rubén Baraja ha sido el bálsamo de una plantilla que ha rendido muy por encima de sus posibilidades y ha estado cerca de meterse en la Conference League. El entrenador de Valladolid ha significado un punto de inflexión y ha sido uno de los principales baluartes del Valencia, que se ha salvado con solvencia, a pesar del continuo ninguneo de su máximo dirigente, lo que supone las dudas de Baraja.
Baraja quiere tener la última palabra en los fichajes...
Y es que la afición che, muy contenta y agradecida con el trabajo de la leyenda valencianista en los banquillos, parecía haber encontrado en Baraja a su 'Cholo'. Un exjugador que conoce perfectamente la casa y que ha llegado para cambiarle la cara a la desastrosa situación deportiva. Sin embargo, la inacción de Lim está haciendo mella en los planes del entrenador vallisoletano, cuya situación contractual en el club del Turia ha llegado a su momento crucial, y se está planteando su continuidad.
Rubén Baraja termina su contrato el verano que viene con el Valencia y ha llegado el momento cumbre, porque ahora se enfrenta a su primera gran prueba después de pasar con solvencia su primera temporada entera en el banquillo valencianista. El entrenador, no solo deberá volver a liderar al vestuario e inculcar sus ideas, sino que deberá configurar el proyecto del futuro equipo con un gran escollo en el camino, las continuas negativas del propietario del equipo a invertir.
... pero Peter Lim no está por la labor
En las reuniones sucedidas han existido momentos de tensión y tirantez, porque, como explica Marca, Baraja quiere tener una mayor influencia en la planificación de la plantilla. El entrenador del Valencia quiere tener influencia directa en la selección de jugadores para incorporarlos al equipo. Un deseo que contrapone con las intenciones de Peter Lim, que busca mantener los parámetros económicos actuales e incluso planea vender a algunos de los mejores activos de la actual plantilla como Mamardashvili o Mosquera. Una situación que puede provocar el enfado y el consiguiente adiós del técnico vallisoletano.