El Real Madrid no lo esperaba, pero ha salido seriamente damnificado de la Supercopa de España. La imagen del equipo merengue fue muy floja anteun Barça sublime que les asestó un 1-3 incontestable. De esta manera, el equipo de Carlo Ancelotti suma otro capítulo en su serie de malos resultados consecutivos. En los últimos 10 partidos, el equipo blanco solamente ha ganado cuatro partidos y preocupa que esta mala dinámica sea el inicio de una nueva debacle con Ancelotti como entrenador.
No obstante, y aunque la final de Supercopa ya fue un golpe duro al orgullo merengue, a nivel individual, muchos de sus jugadores también quedaron señalados. Uno de los salpicados por la superioridad blaugrana fue Vinícius Júnior, que víctima de un contundente Araujo, no pudo prodigarse por banda izquierda para sumar de esta manera su séptimo partido consecutivo sin marcar ni asistir. Tampoco estuvo acertado Luka Modric, que de nuevo, se le vio cansado y no fue ni una sombra del futbolista que ha demostrado ser. Con todo, la reputación que quedó peor parada fue la de Antonio Rüdiger.
Rüdiger, un auténtico drama en la final de la Supercopa
El central alemán fue un auténtico drama en la final de la Supercopa. Tuvo innumerables errores y, aunque jugar de central izquierdo no le es ningún handicap — porque así lo hacía con el Chelsea campeón de Europa — presionarlo era una mina de oro.
Además, el berlinés no solo tuvo errores técnicos, sino que también cometió errores de concepto. En algunas jugadas fue él quien descalibraba la línea del fuera de juego y, con la movilidad que tuvo el Barça, sus errores fueron un tiro en el pie por parte del Real Madrid. Y para colmo, a su lado tuvo un Militao que fue el único jugador a la altura del partido, apagando todos los fuegos que pudo él solo.
Nacho Fernández sigue a la espera de que Ancelotti le dé una oportunidad
El buen papel de Militao dejó todavía más en evidencia el deficiente partido de Rüdiger, pero Nacho Fenández, quien entró en la segunda mitad para hacer de lateral derecho, lo dejó todavía en peor posición. El madrileño, habitual suplente del Real Madrid, volvió a jugar en su línea: concentrado, cumplidor y comedido.
Este es el central que quiere Carlo Ancelotti y no un Rüdiger que, cuando está acertado, a veces se pasa de la raya con algunos gestos de prepotencia. Ahora, que su nombre está en entredicho, las críticas se han multiplicado precisamente por esta razón. Ancelotti no quiere en su Real Madrid este Rüdiger, quiere un Nacho que, como Alaba, haga su función de manera profesional y, a poder ser, evitando que los focos lo enfoquen por cosas que no sean méritos.