Riqui Puig fue de los jugadores que más celebraron la destitución de Ronald Koeman. El canterano, eterna promesa del fútbol base del Barça, consideraba que el técnico neerlandés le había cogido manía, pero que con Xavi Hernández se convertiría en el referente del nuevo Barça. La realidad, sin embargo, es que el de Matadepera siguió sin jugar, pues el entrenador de Terrassa consideraba que todavía estaba verde. El plan era que Riqui Puig saliera cedido, pero el centrocampista, dolido, se negó y pidió desvincularse del club.
El Barça aceptó desprenderse de una de sus grandes promesas, que ante la sorpresa de todos se fue de Europa y fichó por Los Ángeles Galaxy. Riqui Puig se alejó de los focos y la apuesta le ha salido bien. Ahora es titular indiscutible del equipo, con el que ha logrado la clasificación para los play-offs de la MLS.
Los dardos envenenados de Riqui Puig
A pesar de estar triunfando en los Estados Unidos, Riqui Puig sigue teniendo muy presente al Barça y no ha desaprovechado el éxito para lanzarle un dardo a Xavi Hernández. “Un jugador con confianza siempre puede dar el 100%. En Barcelona no tenía total confianza”, afirmó el centrocampista tras certificar la tan deseada clasificación.
“Aquí he tenido la suerte de encontrarme con Greg Vanney, que ha confiado en mí, me ha puesto en los partidos y me ha dado continuidad. A veces esto es lo más difícil. He podido demostrar cómo juego y la idea que tengo”, ha añadido Riqui Puig. El mensaje encubierto para Xavi parece evidente, dando por hecho que podría estar triunfando en el Barça si el entrenador hubiera apostado por él como está haciendo con Gavi.
Un calvario en el primer equipo
Riqui Puig fue un jugador rodeado por la polémica ya desde un inicio. Considerado por parte del entorno del Barça como una estrella en potencia, las presiones para que fuera importante en el primer equipo fueron constantes. Koeman, sin embargo, se negó y llegó a insinuar en algunas ruedas de prensa que Riqui Puig no estaba ayudando en los momentos complicados, al filtrar interioridades del vestuario a sus periodistas próximos.
Con la puerta cerrada del primer equipo, todo pareció cambiar con la llegada de Xavi Hernández. Riqui Puig, aparentemente, era un jugador ideal para el estilo de juego que quería implementar el entrenador de Terrassa. La realidad, sin embargo, es que Riqui siguió en el banquillo. El jugador, muy molesto, aceptó que jamás sería importante en el Barça y tomó la decisión más extraña posible, irse a la otra punta del mundo con solo 23 años.