Con la inesperada salida de Leo Messi del FC Barcelona todos los ojos se trasladaron a Antoine Griezmann. Sin el argentino, el delantero francés tenía que asumir los galones de líder dentro del terreno de juego, mostrar el nivel que un día le llevó a afirmar que comía en la misma mesa que Messi y Cristiano Ronaldo y que convencieron a Josep Maria Bartomeu para tirar la casa por la ventana y pagar un dineral al Atlético de Madrid para ficharlo, además de firmarle un contrato con demasiados ceros.  

Finalmente, y contra todo pronóstico, el Barça se sacó de encima a Griezmann, y su elevada ficha, que en una operación relámpago volvió al Atlético de Madrid en calidad de cedido, aunque con una cláusula de compra obligatoria. El Barça cubrió su baja con el fichaje de Luuk de Jong, procedente del Sevilla.

depay griezmann dest efe

Griezmann, celebrando un gol de Memphis / EFE

Más sombras que luces

Es por ello de que, a pesar de estar oficialmente cedido, es prácticamente imposible que Griezmann vuelva a vestir jamás la camiseta del Barça. Se cierran, pues, dos temporadas con muchísimas más sombras que luces en las que el Principito ha marcado 22 goles en 74 partidos y en las que solo ha ganado una Copa del Rey.

A pesar de que de puertas hacia fuera Griezmann parecía mantener una buena relación con el resto de sus compañeros, la realidad, según informa el diario Sport, no era ni mucho menos idílica, hasta el punto que su salida ha generado una enorme alegría a una parte del vestuario.

Malestar por el documental 'La decisión'

El principal punto de fricción con Griezmann surge un año antes de que el francés firmara por el Barça. En la primeravera del 2018, sabiendo que su cláusula de rescisión se reducía por contrato, el club blaugrana se lanzó a por él, lo que provocó que algunos jugadores del Barça apostaran por Griezmann, como fue el caso de Messi, hasta valorar públicamente la probable llegada del francés.

Griezmann, sin embargo, optó por montar un show mediático que terminó con el famoso documental La decisión, en el que anunció que se quedaba en el Atlético de Madrid. Aquello generó un enorme malestar que no disminuyó cuando un año después el Barça tuvo que poner encima de la mesa 120 millones de euros para firmar a Griezmann.

En su etapa en el Barça, además, Griezmann tampoco ha llegado a congeniar con parte de sus compañeros. No es de extrañar, pues, que a la que ha tenido opción haya decidido volver al Atlético de Madrid, así como tampoco que su salida haya alegrado a más de uno. Se pone el punto y final a un fichaje que jamás se tendría que haber llevado a cabo.

 

Imagen principal: Griezmann, en un partido de esta temporada / Europa Press