El Barcelona cayó eliminado en semifinales de la Liga de Campeones femenina por el Wolfsburgo, en un partido muy disputado en el que la falta de puntería pasó factura al equipo catalán (1-0). Lluis Cortés, técnico culé, ya había advertido la víspera de que habían crecido mucho en las últimas temporadas y que el encuentro no tendría nada que ver con la eliminatoria de 2014, que las alemanas superaron con mucha holgura.
La estrella azulgrana, la delantera noruega Graham Hansen, avisaría al primer minuto de que este Barça iba en serio. Dominó durante muchos momentos de la primera mitad a su rival, aunque las germanas son veloces y peligrosas a la contra y cada pérdida de las españolas traía suspense. Hansen fue la mejor del primer período, cada balón que tocaba llevaba intención o peligro, como un córner al que no llegó por poco Oshoala en la mejor ocasión blaugrana.
Pudo haber penalti de Hendrick, pero la Champions femenina no tiene videoabitraje para desconsuelo de un Barcelona que también sufrió en las rápidas transiciones del conjunto germano aunque se marchó a vestuarios con más confianza todavía. Pintaba bien para un Barça que acrecentó sus ilusiones con una buena salida en el segundo tiempo, pero, quizás porque la semifinal pesaba mucho o por la inactividad, ni Graham Hansen ni Jenny estuvieron finas y llegó el castigo alemán.
Faltó mayor contundencia azulgrana
El Wolfsburgo había dado algunos avisos y mordió en el minuto 58, en una jugada en la que faltó mayor contundencia azulgrana, lo que permitió a Rolfö resolver tras varios rechaces en el área. El equipo germano, fuerte físicamente, tenía el choque donde quería y a las jugadoras de Lluis Cortés les tocó buscar un empate que pudo llegar de las botas de Mariona.
El Wolfsburgo es una roca y aguantó hasta el final las embestidas de un Barcelona que cae eliminado con la sensación de que el resultado podría haber sido diferente con un poco de acierto en las múltiples oportunidades de que dispuso.