Eduardo Camavinga tuvo el pasado domingo, en el Real Madrid-Granada, la gran oportunidad que llevaba tiempo reclamando, y fracasó estrepitosamente. Con Casemiro de baja por una gastroenteritis, Carlo Ancelotti decidió darle la batuta del equipo al centrocampista francés y, tras 45 minutos muy malos, al italiano no le tembló el pulso y lo señaló, dejándolo en el banquillo en el descanso.
Carlo Ancelotti acababa de demostrar a ojos de todo el mundo de que Camavinga no está preparado para ser titular en el Real Madrid, acallando así las voces que desde hace tiempo le reclaman que le dé más minutos al joven centrocampista francés. El técnico italiano, poco amigo de dar oportunidad a los jóvenes, no se la piensa jugar más, por lo que Camavinga lo tiene complicado para jugar con regularidad en lo que queda de temporada.
Ancelotti ve muy verde a Camavinga
El principal problema de Camavinga es la fuerte inversión que el Real Madrid hizo por él, además de no haber podido hacer pretemporada. Tras el fiasco vivido con Mbappé, Florentino Pérez ejecutó su fichaje sin pestañear, el 31 de agosto, y a cambio de 30 millones de euros. El francés, además, entró con buen pie, pues en sus primeras apariciones dejó detalles de su gran calidad. Con el paso de las semanas, sin embargo, Ancelotti empezó a ver que el francés está todavía muy verde, hasta el punto de recomendar su cesión.
Florentino Pérez, en cambio, quiere que Camavinga gane peso en el equipo, pues es una apuesta personal, secundada en su día por Zidane, por lo que aceptar una cesión sería como admitir que se precipitó al poner encima de la mesa 30 millones de euros. Nadie duda que Camavinga lo tiene todo para acabar siendo una estrella, pero cada vez está quedando más claro que el francés está muy verde para ser titular en un equipo de la talla del Real Madrid.
Tchouaméni, apalabrado por el Real Madrid
Sea como sea, lo cierto es que el Real Madrid sigue trabajando para reforzar su centro del campo, tanto porque Modric y Kroos se van acercando al final de su carrera en la élite, como porque los jóvenes que deberían coger el testigo no están dando la talla, como son los casos de Camavinga y Fede Valverde. Y el primer elegido es el francés Aurélien Tchouaméni, del Mónaco, al cual el Real Madrid tiene prácticamente cerrado para la próxima temporada. Florentino Pérez, de hecho, ordenó hace un par de semanas un viaje relámpago para concretar la operación.
Tchouaméni se formó en las categorías inferiores del Girondins, club al que entró con solo 11 años y con el que llegó a debutar con el primer equipo. Su calidad deslumbró a todos, hasta el punto que el Mónaco no lo dudó y puso encima de la mesa 18 millones de euros, una cifra muy alta que ahora recuperará con creces.