La derrota del Real Madrid contra el Levante sigue trayendo cola. Después de confirmarse la primera víctima del partido con la lesión de Eden Hazard, ahora le toca a Sergio Ramos. ¿El problema? Ser un bocazas después del partido.

La polémica arrancó en la zona mixta, cuando los periodistas le preguntaron por dos posibles penaltis a favor del Madrid por unas manos. El árbitro, Alejandro Hernández Hernández, no pitó ninguno y eso sacó de quicio al capitán madridista.

EFE

A pesar de empezar sus declaraciones con un "no me gusta hablar de los árbitros", después arrancó con sus protestas. "Con este árbitro no me sorprende nada. Los árbitros antes eran más respetuosos. Se podía hablar con ellos y a este no se le podía hablar. Los capitanes están para ayudar al árbitro. La arrogancia se tiene o no se tiene. Es indignante. Cuando se acabó el partido le hice esta pregunta, si tenía algún problema personal conmigo. Me acojo a las realidades: en el minuto 10 el árbitro te acondiciona con una amarilla después de sufrir un pisotón y un codazo. Hay decisiones predeterminadas", criticaba Ramos.

Competición podría intervenir

Estas declaraciones han llegado a la mesa de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y Sergio Ramos podría ser denunciado ante el Comité Competición, que podría entrar de oficio. Aunque existe esta posibilidad, varios exárbitros se han mostrado poco confiados en que la Federación acabe sancionando. Por lo tanto, es posible que la rajada de Ramos le salga gratis.