El Sevilla puede colaborar con el Barça en el mes de enero, y firmar a dos jugadores que no tienen un papel importante en los sistemas de Hans-Dieter Flick, y que no entran en los planes. Además, son dos ‘patatas calientes’ y son considerados como los dos cracks más conflictivos de la plantilla, motivo por el cual Joan Laporta y Deco buscan desesperadamente un comprador para ambos. Y Javier García Pimienta puede ser la gran salvación.
Porque está interesado en contar con estos dos futbolistas, empezando por Anssumane Fati. No necesita presentación, ni hay que explicar los motivos por los cuales en el Camp Nou quieren perderlo de vista cuanto antes. Ha pasado de ser la gran esperanza de La Masía, y recibir comparaciones con Leo Messi, a caer en el olvido por las constantes lesiones que ha sufrido en los últimos años, y que todavía a día de hoy le han privado de tener continuidad.
Su nivel está muy lejos de las expectativas, y no es capaz de jugar más de cuatro partidos seguidos sin tener problemas físicos. La paciencia ya se ha agotado por completo, y en especial considerando que es uno de los futbolistas mejor pagados del vestuario, con un sueldo anual de 12 millones de euros. Pero no es una misión sencilla encontrar algún equipo dispuesto a apostar por ex del Brighton & Hove Albion, que no deja de devaluarse.
Afortunadamente, García Pimienta, que fue su entrenador en el Juvenil A del Barça, cree que aún puede ser un jugador muy aprovechable, y espera poder llevarlo al Ramón Sánchez Pizjuán. Un regreso a casa para el hispano-guineano, que comenzó jugando en las categorías inferiores del equipo andaluz cuando solamente era un niño. Y además de su cesión, Víctor Orta también tiene previsto iniciar las negociaciones con Laporta y con Deco por Pablo Torre.
Flick le ha dado la posibilidad de disputar varios partidos, y ha dejado muy buenas sensaciones, pero la competencia que existe en su demarcación es simplemente descomunal, y por lo tanto el cántabro tiene imposible jugar.
Torre, muy criticado por su vida nocturna
En el caso de Torre, las razones que han provocado que sea considerado como un futbolista conflictivo es su vida nocturna, ya que es un cliente habitual en las mejores discotecas de la zona.
Nadie discute sus condiciones, pero el Barça está decepcionado con su actitud, y tiene vía libre para acabar en el Sevilla, junto a Ansu.