La selección de Argentina se ha proclamado campeona del mundo por tercera vez en su historia después de superar este domingo en Francia en el turno de penaltis de la final del Mundial de Qatar (3-3, 4-2 en los penaltis). Leo Messi fue el encargado de recibir y levantar el trofeo que acredita a su país como campeón del mundo, una imagen que dio la vuelta al mundo en cuestión de segundos. La fotografía de euforia, sin embargo, ha levantado dudas, ya que el jugador argentino y excrack del Barça vestía una túnica negra en el momento de alzar la copa.
Los argentinos y aficionados a la selección esperaban ver cómo Messi lucía el trofeo con la camiseta de su país, pero la capa casi impedía ver el blanco y azul característico de los argentinos. El emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, vistió el jugador con el besht, una túnica negra que representa la máxima condecoración en el país anfitrión y que solo llevan las consideradas grandes figuras. Esta simboliza el estatus de realeza y la jerarquía religiosa en varios países árabes. Las principales autoridades de Qatar la llevan, por ejemplo, durante las celebraciones del día nacional del país que era, precisamente, este 18 de diciembre, el día de la final del Mundial.
Según explicaba el secretario general del comité organizador del Mundial de Qatar, Hassan Al Thawadi, en la cadena BBC Sports, "es una prenda de ropa para una ocasión oficial y se utiliza para las celebraciones". Thawadi añadió: "La ceremonia se consideró una oportunidad de mostrar al mundo nuestra cultura árabe y musulmana. Fue una celebración de Messi". Sin embargo, hay personas como Lewis Coombes, editor de la BBC, que opinan que el momento de recogida del trofeo "tenía que ser para el vencedor y no para el país anfitrión". Añadía que le parecía incorrecto "tapar la camiseta con la que Messi había soñado levantar el trofeo de la Copa del Mundo".
Argentina quiere volver a ver a Messi en el Mundial
El caos en Rosario, la ciudad donde nació Leo Messi, es absoluto desde la victoria de este domingo. Miles de personas llenaron las calles de la ciudad para celebrar que su hijo más ilustre es desde ahora más planetario si es posible después de ganar la Copa del Mundo. Como si no hubiera un mañana, el entorno del Monumento Nacional en la Bandera, centro neurálgico de celebraciones de la localidad, ubicada cerca del río Paraná y a 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, acabó, nunca más bien dicho, hasta la bandera: una oleada jóvenes, padres, niños y abuelos se congregaron en una fiesta que quedará para siempre en las memorias. "Messi jugará hasta los 95 como Mirtha Legrand", decía el cartel que varias amigas llevaron orgullosas para pedir al crack que recapacite y no descarte jugar un Mundial más y seguir adelante con su carrera, tenga la edad que tenga, haciendo un paralelismo con la más veterana diva de la televisión argentina.