No siempre se puede ganar jugar jugando bien ni ilusionando. Las temporadas son largas y tambés se necesita fortuna en los días menos inspirados. Y en el campo del Slavia de Praga, el Barça ha utilizado la primera carta de la suerte después de sufrir de lo lindo, y dando gracias a un gol en propia del rival para confirmar la victoria y el liderato del Grupo F de la Champions League (1-2).
Confirmaciones y dudas culés
El impulso de la Liga se traspasa en la Champions. Pero con el tridente de gala y el once de gala disponible, el Barça también sufre. Parece que Ernesto Valverde ya piensa en la clasificación y en solucionar lo antes posible las competiciones. Y así ha sido en Europa.
El entrenador del Barça ya ha asumido que el tridente de lujo en ataque es el de Messi-Suárez-Griezmann, con un medio del campo formado por Busquets-De Jong-Arthur. Y en defensa, por las bajas de Umtiti y Sergi Roberto, se sigue apostando por Piqué, Lenglet, y Semedo y Alba en los laterales. Todos escudados detrás por un Ter Stegen que partido que pasa, partido que sigue evolucionando.
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Y con la inercia liguera, muy temprano ha llegado el primer gol del partido. Messi es la clave de este Barça desde hace muchos años y también gracias a él se ha empezado ganando en Praga, donde hace unos años ya se exhibió con un hat-trick. Recuperación suya, combinación con Arthur y primer gol blaugrana. En el minuto 3 el Barça ya se ha entonado.
Pero un gol en la Champions no quiere decir nada y a pesar de tener mínimamente el control y de demostrar que en defensa ha mejorado mucho, este Barça también deja hacer al rival. Y a pesar de ser claramente superior al Slavia, los checos han avisado en varias ocasiones y los blaugrana han resistido hasta que Ter Stegen ha dicho basta.
El portero alemán no es bueno, es buenísimo. Y sus intervenciones han hecho levantar a culés y checos. Pero ya en el segundo tiempo y en la primera ocasión de peligro que ha tenido el conjunto local, Bořil ha empatado y ha hecho enloquecer al Eden Arena.
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Fortuna blaugrana, pero no de Suárez
Pero el Barça no se ha rendido y a pesar de empezar dormido el segundo tiempo, ha reaccionado instantáneamente. Y todo gracias a la fortuna, que también decide partidos. La maldición de Luis Suárez, cuatro años desde la última vez que marcó fuera de casa en partido europeo, ha vuelto a Praga.
Messi ha centrado una falta lateral que era prácticamente imposible de marcar gol directo. Pero sus centros son medio gol. Y Suárez, que ha estado atento y muy afortunado cazando el centro en el segundo palo, casi sin espacio no se lo ha pensado y ha chutado. Gol, pero no del uruguayo porque el delantero visitante Olayinka ha sido quien se ha marcado el gol en propia portería.
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Un aire de tranquilidad que ha durado poco tiempo porque en la media hora final los culés han sufrido mucho. Como en aquellos partidos de inicio de temporada. E incluso han perdido tiempo en los últimos minutos porque el Slavia ha parecido aquel Liverpool que destrozó al Barça en Anfield.
Y nuevamente la suerte ha caído de la banda blaugrana. Victoria muy y muy sufrida en Praga que confirma los tres puntos y el liderato del Grupo F de la Champions después de la victoria del Inter de Milán contra el Borussia Dortmund.