La primera edición de la Supercopa de España en Arabia Saudí ya es historia. El Real Madrid se convirtió en el campeón después de derrotar al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis y el estadio King Abdullah Sports City de Jiddah vibró con la victoria blanca. Un campo que tiene una capacidad para 62.000 aficionados y que este domingo estuvieron presentes 59.053, casi pleno absoluto. Pero la asistencia no habría sido tan alta si no hubiera sido por un escándalo.

El campo no se llenaba

En la previa de la final, los espectadores iban ocupando sus localidades en el King Abdullah. Se acercaba el momento del pitido inicial y había partes de las graderías vacías. Ante este hecho y bajo la presión de no poder calificar la Supercopa como un éxito de ventas, la decisión tomada fue que pasado el minuto 10 de la primera parte había libre acceso al estadio, según ha podido saber ElNacional.cat.

Este diario ha podido hablar con un aficionado que fue este domingo a Jeddah y que ha explicado cómo fue todo. Esta persona tenía su entrada, pero llegó al King Abdullah sobre el minuto 10. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no le pidieron la entrada en el momento inicial y que, junto con él, accedían "ríos de gente que iba como loca" para poder presenciar la final en directo.

Todo eso ante la mirada de la policial local del país que lo permitía. Estos aficionados no se estaban colando, sino que más bien se les había abierto las puertas para que pasaran. Un vez ya dentro del estadio, en las diferentes bocas, había un nuevo control. En este caso, a él le pidieron la entrada, pero no le escanearon ni comprobaron en ningún momento, y observó como en otras bocas, sobre todo en las del nivel de césped del campo, no había "nadie" controlando.

Un escándalo en la final de la Supercopa para mejorar los datos de asistencia. En el partido inaugural, el Real Madrid-Valencia, presenciaron la semifinal 40.877 aficionados, mientras que en la otra eliminatoria, entre el Barça y el Atlético, asistieron 58.410 espectadores. La final, fuera como fuera, se tenía que vender como un éxito.